Opinión

El futuro de la alimentación

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La población mundial, que supera hoy los 8.000 millones de personas, y los retos ambientales desafían nuestra capacidad de garantizar el derecho universal a la alimentación de manera sostenible. La FAO traza el camino a seguir.

828 millones de personas pasaron hambre en 2021, lo que ha supuesto un aumento de 150 millones comparado con la cifra del año 2019, antes del estallido de la pandemia de la COVID-19. Tras permanecer relativamente sin cambios desde 2015, el porcentaje de personas afectadas por el hambre se disparó en 2020 y siguió aumentando en 2021, hasta alcanzar el 9,8 % de la población mundial. La producción mundial de cereales en 2022 cayó un 2% con respecto a 2021. 45 países, de los cuales 33 del Africa Sub Sahariana, necesitan urgentemente asistencia alimentaria debido a conflictos, fenómenos meteorológicos extremos y una inflación vertiginosa. La situación en África oriental y occidental es especialmente grave.

La "Iniciativa de Granos del Mar Negro" ha contribuido a mejorar el suministro mundial de alimentos y reducir los precios mundiales, pero no ha ayudado a mejorar el acceso de alimentos a los países más vulnerables que están enfrentando un incremento significativo en el coste de sus importaciones de alimentos. Asimismo, los costes de las importaciones de insumos de alimentos también han aumentado sustancialmente, aproximadamente en un 50%, en el 2022 llegando a 424 miles de millones de dólares estadounidenses. Es esencial buscar soluciones de corto plazo al acceso de alimentos y de insumos para los países más vulnerables; mientras los organismos internacionales, científicos y la industria agroalimentaria buscan soluciones para asegurar que nadie padezca hambre a más largo plazo.

Las proyecciones más recientes indican que en 2030 más de 670 millones de personas podrían seguir sin tener lo suficiente para comer, aun teniendo en cuenta una recuperación económica mundial. Pero en realidad sabemos que en el mundo se produce comida suficiente para alimentar a toda la población. Estamos por tanto ante un problema de acceso, de falta de capacidad de comprar los alimentos disponibles debido a los altos niveles de pobreza y desigualdad.

Las soluciones a buscar no pueden ser sino integrales y sistémicas, y hay que actuar con solidaridad para enfrentarnos a los retos que nos depara el futuro.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha presentado este mes un nuevo informe "El futuro de la alimentación y la agricultura: impulsores y desencadenantes de la transformación", resultado de la colaboración de cientos de expertos, técnicos y especialistas que trabajan en sectores relacionados con los sistemas agroalimentarios, tanto dentro como fuera de la Organización.

El informe destaca cuatro caminos a seguir para transformar los sistemas agroalimentarios, aumentar su resiliencia y luchar contra el desperdicio de alimentos, la malnutrición y obesidad, así como la degradación del medio ambiente: por un lado urge mejorar la gobernanza global e incrementar la concienciación del consumidor, por el otro, habrá que distribuir de manera más igualitaria y eficiente los ingresos y la riqueza y apostar por innovaciones tecnológicas, sociales e institucionales. El informe detalla estas cuatro vías y analiza posibles escenarios futuros.

A lo largo de este camino transformador, deberán activarse en primer lugar estrategias y políticas públicas adecuadas, contando con la participación de todos los actores y partes interesadas. Asimismo, hay que tomar decisiones para equilibrar objetivos a corto y a largo plazo, a menudo en conflicto entre sí, como aumentar el consumo y el bienestar inmediatos frente a invertir para asegurar un futuro mejor, o decidir cómo cargar los costos del desarrollo insostenible a las sociedades más ricas para ayudar a las más pobres.

Así, habrá que superar intereses ya establecidos y conciliar visiones muy diferentes, pero todavía es posible transformar nuestros sistemas agroalimentarios hacia la sostenibilidad y la resiliencia, sin dejar a nadie atrás.

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