
Compañías como Booking, Expedia, Trivago, Rumbo y Lastminute han crecido en España en los últimos años. A pesar de que ya controlan buena parte del negocio de reservas de hoteles y vuelos, solo pagan en nuestro país 2,3 millones en total.
La razón de esta pírrica tributación está en el hecho de que las agencias de viajes online facturan su negocio en España a través de sociedades ubicadas en otros países. Unos entramados empresariales que permiten reducir la carga impositiva y que recuerdan a los que aún utilizan algunas multinacionales tecnológicas. Aunque este tipo de ingeniería fiscal sea legal en la UE, los países cuentan con pleno derecho para reclamar que toda la actividad que se desarrolle en su territorio tribute en ese mismo lugar.