Opinión

El IPC, lejos de estar normalizado

La caída de seis décimas del IPC de EEUU en noviembre hasta el 7,1% ha batido las expectativas del mercado (que esperaba el 7,3%) y ha llevado el optimismo a los inversores, ante el positivo efecto que las subidas de tipos de la Fed tienen en los precios.

 Una posición lógica ya que es el segundo mes consecutivo que el descenso de la inflación supera las previsiones de los analistas. Esto confirma el primer control de los precios de octubre, lo que ha provocado un alza generalizada de Wall Street y también del mercado de bonos. El optimismo generado por el dato de IPC también se ha trasladado a Europa, impulsando al euro y al EuroStoxx, el índice de referencia del Viejo Continente, que subió un 1,66% en la sesión de ayer. Sin duda, el hecho de que la inflación ceda en EEUU supone una excelente noticia ya que acerca el fin de la normalización monetaria, lo que beneficiará a la economía. Con todo, el IPC sigue cayendo a una velocidad muy reducida y aún está lejos de estar normalizado (en el entorno del 2%-3%). Es por ello obvio que tanto la Fed como el BCE deberán seguir elevando los tipos (aunque con menos agresividad) para acelerar el descenso de los precios. Esto elimina casi todas las opciones de que el EuroStoxx borre las pérdidas del año, de las que se sitúa a un 7% tras la subida de ayer. Más aún si se tiene en cuenta que los problemas económicos de fondo en Europa, como la alta inflación, las malas perspectivas económicas y la guerra, siguen plenamente vigentes.

A pesar del dato positivo de la inflación de EEUU, los precios caen poco a poco y están lejos del objetivo de la Fed

En este contexto de incertidumbre, apostar por la renta fija se antoja una opción más adecuada de cara al próximo 2023 para los inversores. No en vano, es el activo preferido de los gestores (por encima de la bolsa), que han respondido a la última encuesta de Bank of America.

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