
La llegada de nuevos jugadores ha democratizado la inversión hasta el punto de que ya se pueden adquirir acciones tanto europeas como estadounidenses por menos de lo que cuesta un café.
No en vano, firmas como XTB o DeGiro cobran un máximo de un euro por compras inferiores a los 100.000 euros. Esta mayor competencia ha hecho que la banca tradicional abarate sus comisiones, beneficiando a los ahorradores. Con todo, el inversor debe mirar más allá del precio y tener en cuenta la importancia del asesoramiento fiscal y la calidad de la información que ofrece su bróker. Tampoco ha de olvidar que algunas firmas tienen otro tipo de comisiones más ocultas (como la conversión de divisa al operar en dólares) que pueden hacer que lo barato salga caro.