
El patrimonio de los españoles en el segundo y tercer pilar de las pensiones (planes de empleo e individuales) se ha reducido en unos 4.000 millones en dos años.
Un periodo en el que el Gobierno ha quitado atractivo a los individuales con el pretexto de impulsar los planes públicos de empleo. El problema es que estos últimos importantes carencias, empezando por los escasos incentivos que las empresas tienen para desplegarlos entre sus empleados y, terminando, por la imposibilidad de contratarlos ya que aún están en fase de desarrollo, pese a que la normativa se aprobó en febrero. Estos factores conducen al fracaso una reforma con la que el ministro José Luis Escrivá pretendía quintuplicar el ahorro a largo plazo en España, hasta los 500.000 millones.