
Iberdrola presenta mañana su nueva hoja de ruta para los próximos tres años de la que el mercado espera que siga ofreciendo el mix óptimo, que combina una alta capacidad de crecimiento visible y sostenible en el tiempo sin dejar de lado la retribución al accionista.
Mientras no se rompa este modelo, el consenso de analistas espera, como mínimo, que la compañía que dirige Ignacio Sánchez Galán mantenga los objetivos de beneficio operativo y resultado neto que fijó en su anterior plan, en noviembre de 2020, con un crecimiento anual del 6% y un dividendo hasta el 5%. Mantener ese ritmo no es fácil, pero de hacerlo la eléctrica superará la barrera de 0,5 euros por acción, con una rentabilidad en línea con la de las grandes utilities europeas.