
Los fondos garantizados captaron en septiembre casi 750 millones en España, lo que supone la mayor entrada de dinero en un solo mes en diez años. A ello han contribuido las propias entidades bancarias decididas a colocar este producto en las carteras de sus clientes ante la dificultad que implica que adquieran otras opciones que entrañan mayor riesgos.
El problema es que la rentabilidad que estos fondos ofrecen (entre el 0,35% y el 2,2%) no compensa el golpe de la inflación. Pero, además, el exceso de inversión conservadora impedirá a muchos ahorradores contar con liquidez en un momento histórico para construir cartera. No en vano, los analistas y los gestores ya anticipan un positivo 2023 tanto para la renta fija como para la variable.