
A cierre de septiembre, los fondos mixtos más cautos se dejan un 10% desde enero, la caída más abultada en los últimos 30 años. Asimismo, los que asumen un perfil más agresivo rozan el 18%.
Este mal desempeño general desvela el difícil contexto actual de un mercado tanto para la bolsa como para la renta fija. Todo ello después de que los elevados niveles de inflación hayan obligado a los bancos centrales a ejecutar rápidas subidas de tipos que ya pasan factura al crecimiento y que provocan ajustes en todos los tipos de activos. Por ello, el inversor conservador debe ser consciente que la deuda no podrá ser este año la salvaguarda que necesita para no perder dinero. Muy al contrario, ha de asumir que también generará importantes pérdidas.