
Raquel Sánchez mostró su preocupación por el bloqueo francés al Corredor Mediterráneo durante su intervención en el Ágora organizado por elEconomista.
La inquietud que trasladó en el acto la titular de Transportes es lógica, ya que el freno de la línea en el enlace con Montpellier y Perpignan pondrá en peligro el desarrollo de una infraestructura básica para la economía española. Ante este riesgo es positivo que la ministra sea proactiva "manteniendo reuniones al más alto nivel con el Gobierno francés para que cumpla los compromisos adquiridos con la UE". Sin duda, Transportes debe seguir en esta línea y presionar al país vecino y a Bruselas hasta lograr que el Corredor arranque en el año 2030, que es la fecha fijada en el plan inicial.