
España es el sexto estado de Europa que más ha gastado respecto al PIB en ayudas para paliar el alza de los costes energéticos. En concreto, la factura en nuestro país alcanza el 2,3% (27.300), un porcentaje inferior al de Alemania (3,5%) e Italia (2,8%), pero que supera al de la otra gran potencia europea, Francia, que se queda en el 1,8%.
El alto endeudamiento que España presenta impide al Ejecutivo dedicar una partida económica aún mayor a los diferentes planes anti-crisis. Con todo, y más allá de la cantidad, lo realmente importante es enfocar las ayudas a las clases sociales y a los sectores empresariales que más las necesitan. La generalización de las medidas supone malgastar el dinero público en unas subvenciones cuya efectividad es más que discutible.