
Pesimismo ante la gira en EEUU de Aragonès
Esta misma semana Pere Aragonès ha viajado a París y Ginebra para tratar de cumplir el viejo sueño del proceso independentista catalán: su internacionalización. Con la misma idea, el presidente catalán cruzará el Océano Atlántico tras la Diada del próximo 11 de septiembre, para vender los supuestos beneficios de una Cataluña independiente en EEUU. Pues bien, cuentan que a pesar de los esfuerzos de Aragonès, el pesimismo del independentismo con esta gira americana es general. A ello contribuye también que a falta de pocos días para el inicio del viaje la Generalitat no ha desvelado aún las reuniones que el president tiene previsto celebrar durante su estancia en ciudades como Washington y Nueva York. Y eso que en dichas localidades, Cataluña cuenta con sus propios embajadas creadas con el único objetivo de dar visibilidad al secesionismo. "Europa nunca nos ha hecho demasiado caso. Nada indica que las autoridades estaodunidenses vayan a ser diferentes y apoyen ahora el procés", reconocen en el propio entorno del Govern.
El Congreso ya sufre el ahorro energético
Comentan que desde la entrada en vigor del decreto de ahorro energético la pasada semana, el Congreso se ha convertido en un "cocedero". Ello pese a que la mayoría de sus señorías aún están de vacaciones. Por dicho motivo, se dice que la presidenta Meritxell Batet ha ordenado que se llene el Hemiciclo de botellas de agua y abanicos para que los diputados soporten mejor la nueva legislación que obliga a que el aire acondicionado esté por encima de los 27 grados. A pesar de ello, cuentan que las quejas de los representantes de los partidos políticos en la Cámara Baja son constantes. "En pocos días, cuanto todos estemos de vuelta esto se va a convertir en un infierno", afirma un diputado popular, cuya predicción es compartida por muchos de sus homólogos, incluso en la bancada socialista.
Expectación con el libro de Illa sobre la pandemia
El próximo 7 de septiembre sale a la venta El año de la pandemia, un libro escrito por Salvador Illa en el que contará su versión de lo ocurrido tras la irrupción del Covid. Nadie espera que en sus páginas el ex ministro de Sanidad haga autocrítica, aunque su gestión fuera polémica. Pero eso no ha evitado que la expectación mediática por esta obra literaria sea máxima. A ello ha contribuido también que el prólogo del libro está firmado por el que fuera su mano derecha en esa etapa, Fernando Simón.