
El Gobierno francés abre la puerta a reconsiderar su hasta ahora firme veto al gasoducto MidCat, la infraestructura que transportaría gas a través de los Pirineos desde la Península Ibérica al resto de la UE.
El proyecto cuenta con el apoyo de Alemania, como ayer lo confirmó el canciller Scholz al presidente Sánchez, pero es obvio que lo puede hacer cambiar de opinión a París es el hecho de que la electricidad ya cuesta más de 740 euros por megawatio en Francia.
Una situación tan crítica requiere soluciones ágiles y lo cierto es que no hay una alternativa de ese tipo capaz de sustituir al MidCat. La interconexión de Barcelona con la costa italiana tendría unos costes mucho mayores y, aún más importante, no estaría operativa hasta 2028.