
El Banco de China sorprende bajando 10 puntos básicos los tipos de interés.
Es un movimiento no previsto por los analistas que, además, crea un fuerte contraste con las políticas de la Fed y el BCE, ambos ya embarcados en fuertes alzas de tipos. Queda así claro el opuesto momento económico en el que China y Occidente se encuentran.
En el caso del gigante asiático su tasa de IPC es relativamente moderada (2,7%) y el gran problema lo plantea la desaceleración económica. De hecho, no sólo la inversión y la producción industrial revelan malas lecturas.
También un indicador tan delicado como el desempleo registra máximos, especialmente entre los jóvenes. Resulta así evidente que el levantamiento de las restricciones Covid cero no bastan para reanimar la economía china.