Opinión

Nombramientos en el PSOE: Mezclar política y economía no es bueno

María Jesús Montero, ministra de Hacienda y número dos del PSOE

Mezclar política y economía no es bueno

El presidente Pedro Sánchez ha remodelado el PSOE de cara al próximo ciclo electoral. Con la idea de revertir los negativos sondeos ha situado como portavoces del partido a Patxi López y Pilar López Alegría. El nombramiento de la ministra de Educación supone mezclar el poder ejecutivo con el político, que debe estar separado en una democracia. Pero aún más grave es la elección de María Jesús Montero como nueva número dos del PSOE. Un nombramiento a todas luces criticable desde un punto de vista ético ante el hecho de que compaginará su nueva responsabilidad en Ferraz con su actual cargo de titular de Hacienda. Pero, además, el pluriempleo de la ministra confirma todas los indicios que apuntan a que Moncloa utiliza las medidas fiscales y presupuestarias en su propio beneficio electoral y no para mejorar la economía española.

Las reglas europeas se extienden al gas

El Gobierno rechazó la petición de la Comisión Europea de reducir el consumo del gas un 15% de forma voluntaria ante un posible corte del suministro ruso. La vicepresidenta Teresa Ribera ha sido la encargada de transmitir a Bruselas el plantón del Ejecutivo al plan energético. Es cierto que, como recalca Ribera, "España ha hecho los deberes" en el ámbito del gas invirtiendo en regasificadoras para reducir su dependencia energética del gas ruso. Pero eso no es excusa para mostrarse ahora insolidarios con los problemas que otros países pueden tener si Putin decide finalmente cortar el suministros. Más aún ante el hecho de que el resto de socios europeos si está ayudando a a España con los fondos Next Generation EU y, ayer mismo, con la aprobación por el BCE del escudo para la deuda.

Urge atajar el deterioro de las carreteras

Las empresas de mantenimiento de carreteras elevan el déficit de inversión a 10.000 millones, lo que supone un incremento de 2.500 millones en dos años. Bruselas ya llamó la atención a nuestro país sobre el grado de deterioro de las vías españolas. Lejos de resolverse, la situación ha empeorado por la pandemia. Es cierto que el alto déficit público invita a la cautela. Sin embargo, no son las inversiones productivas de este tipo las que tienen que ser objeto de recortes. Debe recordarse que está en juego la seguridad de millones de conductores.

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