
Es obvio que la primera subida de tipos de interés en la eurozona tras más de una década mejora las perspectivas de negocio de la banca.
A pesar de ello, el rebote en bolsa de la última semana que experimentaban las entidades al inicio de la sesión de ayer quedó finalmente reducido al 4,5% al término del día. La razón de ello está en las dudas del mercado respecto a si la actuación del BCE será lo suficientemente agresiva como para frenar la espiral inflacionista (ya en el 8,6%), que puede llevar a la eurozona a la recesión el próximo año. Ese temor a una crisis que eleve la morosidad y perjudique a los bancos es lo que ha provocado su frenazo en bolsa. Solo una subida del BCE de 50 puntos básicos en los tipos tras su reunión de hoy podrá calmar a los inversores.