
Los analistas prevén que la banca española gane en el semestre un 21% que en el mismo periodo de 2021. Lejos de lo que algunos quieren ver, estas cifras no dan argumentos al Ejecutivo para castigar a la banca con un impuesto por beneficiarse de las alzas de tipos.
Para empezar, el resultado cae un 16% si se incluyen los extraordinarios de la integración de Bankia o la escisión de Línea Directa. Por ello, tanto CaixaBak como Bankinter presentarán cifras peores a las del pasado año. Con todo, lo más grave es que el Ejecutivo lastrará a la banca con la nueva tasa por el mero hecho de beneficiarse ahora de un contexto de normalización, después de que su negocio y su rentabilidad llevan sufriendo una década la política monetaria ultraexpansiva del BCE.