Al buen hacer jamás le falta premio, nos dijo una vez Cervantes. Para muchos, esta máxima puede resultar naïve, incluso totalmente alejada de la realidad en los tiempos que corren.
Sin embargo, los mercados financieros llevan décadas demostrando que esta célebre frase de El Rufián dichoso, tiene plena vigencia. Y es que los inversores premian a las compañías mejor gobernadas.
Para ser exactos, los mercados ofrecen una valoración superior en un 18% a las compañías líderes en gobierno corporativo frente aquellas con prácticas convencionales. Esto se desprende los precios de las acciones de las compañías que forman parte del índice MSCI World Governance-Quality Index frente a los componentes del selectivo mundial.
Pero esto no es solo una cuestión puntual, durante los últimos catorce años, los índices de sostenibilidad, por sus siglas en inglés ESG- ambientales, sociales y de gobernanza- han batido sistemáticamente a los índices tradicionales, tanto en términos de rentabilidad como mediante una reducción del riesgo.
En el caso de las compañías líderes en la transición climática, las primas de valoración ascienden al 25%, incluso en tiempos de crisis geopolítica.
En este sentido, cabe preguntarse cómo se están comportando las empresas españolas en estos parámetros. Para sorpresa de algunos, lo cierto es que España es un país puntero en la gobernanza de los aspectos extra financieros.
La puntuación de nuestras compañías cotizadas en ESG está significativamente por encima de la media global. Nuestro mercado es un gran contribuidor a la sostenibilidad de las bolsas mundiales. La proporción de empresas españolas con máxima califiación en ESG es más del doble que la media en el índice MSCI ACWI.
¿A qué se debe esta posición tan destacada? Por una parte, las compañías españolas cuentan con una larga trayectoria en la integración de políticas de sostenibilidad. Muestra de ello es que el primer estándar de gestión de sostenibilidad a nivel global – la norma SGE 21- se creara en España en el año 2000.
Un segundo ingrediente es el compromiso. El Consejo Empresarial Español para el Desarrollo Sostenible es una plataforma de más de 40 CEOs y presidentes de grandes compañías que abogan por la adopción de objetivos ambiciosos en cinco áreas fundamentales: el clima, la naturaleza, los derechos humanos, la diversidad e inclusión y la gobernanza.
Pero quizá el más efectivo es el desarrollo orgánico de la sostenibilidad en los consejos de administración. Una de cada dos compañías en el IBEX 35 cuentan con una comisión dedicada de manera exclusiva a la sostenibilidad. Otro 38% tiene asignada la responsabilidad respecto a los temas ESG a otras comisiones en el consejo.
Esta fuerte apuesta por la sostenibilidad va a ser clave durante los próximos años. En plena crisis geopolítica y de crisis energética, alta inflación y polarización política, la gobernanza sostenible va a ser fundamental para el éxito de nuestras compañías.
Esto se ha puesto de manifiesto a lo largo de las crisis la última década en la que las compañías con una visión sistémica han tenido un desempeño muy superior a la media, especialmente en los momentos más agudos de la crisis.
El buen hacer de nuestro querido manco de Lepanto es más importante, si cabe, en tiempos de crisis. Seguro que en esta ocasión, tampoco le faltará premio.
