Colau y la Barcelona del 'no, pero sí'
Muy comentada ha sido la intervención de Ada Colau ante el Círculo de Economía de la pasada semana, en la que defendió su rechazo a grandes proyectos de inversión porque "Barcelona también elige y no podemos decir sí a todo". Las empresas y los medios económicos locales se han incendiado en los últimos días ante una advertencia que llega en el peor momento, cuando gigantes tecnológicos como Microsoft refuerzan su hub de I+D en la Ciudad Condal. Pero no faltan los que vinculan esta contundencia contra la cúpula empresarial catalana el malestar interno en las bases de los comunes por el encendido apoyo de la alcaldesa a la Copa América, mientras rechaza proyectos como alojar la sucursal española del Museo del Hermitage. "No sabe justificar que prefiera un evento para ricos antes que un proyecto cultural que dispararía el turismo de calidad", resume un empresario. En cualquier caso, el impacto en términos de crecimiento y empleo de este voluble criterio del "no pero ahora sí' preocupa, y mucho, a los actores económicos catalanes.
El 'inexpugnable' teléfono de Luis Planas
El espionaje sobre el Gobierno a través del programa Pegasus se saldó con tres víctimas confirmadas: el presidente Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Pero también con la curiosidad de un cuarto ataque "infructuoso" sobre el terminal del ministro de Agricultura, Luis Planas. La información genera muchas incógnitas políticas -¿quién quiere obtener información sensible de su departamento?-, pero la que más se comenta entre los políticos es la marca de ese inexpugnable teléfono. Hay quien aventura que lo mismo ni tiene Internet, o que se trata de uno de esos indestructibles modelos finlandeses que reinaban en el mundo antes de la llegada de los smartphones. Aunque los expertos en ciberseguridad tienen otra explicación: seguramente fue el único que se leyó los consejos del CNI para evitar espionajes.
La falta de litio amenaza al coche eléctrico
Hay quien que pensaba que el coche eléctrico saldría beneficiado de la crisis energética provocada por la invasión de Ucrania, por al encarecimiento de los combustibles fósiles. Pero el país es una de la mayores reservas de litio, componente clave para las baterías de estos vehículos, y esto amenaza con provocar una crisis sin precedentes en el sector, ya bastante golpeado por la falta de otros materiales, como los chips.