
En su comienzo la inclusión de criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) a la hora de invertir significaba sobre todo la exclusión de inversiones expuestas a sectores como tabaco, alcohol o armamento. Pero ahora se trata de políticas de sostenibilidad más amplias. Por ejemplo, cada vez se nos pregunta más sobre la diversidad en la alta dirección.
De hecho los inversores ya evaluaban el gobierno corporativo mucho antes de que los criterios medioambientales y sociales fuesen considerados en el análisis financiero fundamental. Hace décadas.
Hay que tener en cuenta que el gobierno corporativo se asemeja a los cimientos y la estructura de un edificio. Cuanto más firmes son, más posibilidades tienen de soportar el paso del tiempo y los shocks externos, como los huracanes y los terremotos.
"Cuanto mayor y más compleja es una empresa más importante es la función y estructura de su gobierno corporativo"
Más aún, sabemos por las quiebras de Enron y Lehman Brothers de la década pasada que las consecuencias de falta de supervisión del gobierno corporativo puede tener consecuencias devastadoras para los accionistas y los empleados, pero también pueden desencadenar una oleada global de ruina, como la que entonces amenazó con derribar el sistema financiero, precisando de rescate público en todo el mundo y provocando años de retraso para el crecimiento económico global.
En concreto la remuneración de ejecutivos, las prácticas de auditoría, independencia, conocimientos, transparencia y responsabilidad del consejo y los derechos de los accionista, son esenciales para los analistas de inversiones.
Además, cuanto mayor y más compleja es una empresa más importante es la función y estructura de su gobierno corporativo. Si se trata de un consejo de administración éste se debe regir por un marco legal y normativo de protección de los derechos de los accionistas, que puede influir significativamente en el crecimiento de la empresa. Incluso en algunos países hay comités de supervisión no ejecutivos que supervisan a los de dirección.
"Normalmente si la ROIC es superior a su coste de capital la empresa generará valor para sus accionistas"
De hecho la supervisión del gobierno corporativo puede proporcionar indicios sobre el modo y la calidad de la dirección de la empresa, así como de los riesgos que con ello afronta. Al respecto la auditoría independiente puede detectar potenciales fraudes.
En cambio, si no se supervisa, en el peor de los casos, puede provocar costosos escándalos, quiebra o ambas cosas a la vez.
De hecho llevamos décadas evaluando sistemáticamente el gobierno corporativo. Ello facilita diferenciar las empresas con un potencial rentabilidad superior a largo plazo. En cuanto al riesgo de auditoría y de supervisión, además del informe de los auditores externos, consultamos el análisis de Institutional Shareholder Services, un destacado proveedor de datos y analítica de inversión responsable.
ISS tiene en cuentas, además de la composición del comité de auditoría de la empresa, las acciones abiertas por los auditores externos así como las reglamentarias contra la empresa.
Pero, además de la investigación ambiental, social y de gobierno corporativo proporcionada por proveedores externos, un importante criterio de gobernanza la rentabilidad sobre capital invertido (ROIC en inglés, esto es el beneficio neto-dividendo/deuda + capital).
Es el rendimiento financiero de la empresa por encima del coste medio que paga por su deuda y acciones. Es útil para comparar las empresas en un sector en cuanto a su gestión del capital y sus costes. Normalmente si la ROIC es superior a su coste de capital la empresa generará valor para sus accionistas.
Además una mejor evolución de esta ratio puede ser buena indicación de la disciplina del equipo directivo y su atención a la excelencia en la ejecución. Indica que la asignación del capital efectiva y hace hincapié en el éxito a largo plazo de la empresa, más que en un beneficio a corto plazo insostenible.
"Cuando los incentivos a la dirección están bien alineados con la ROIC se tienden a crear valor para el accionista"
Pero los incentivos del equipo directivo pueden no estar alineados con la ROIC. Es el caso, del que hemos sido testigos, en una empresa alimentaria estadounidense. Un grupo de capital privado llevó a cabo una fusión controlada y a continuación propuso incentivos para el equipo directivo, en función de los resultados.
Ello dio lugar a una enorme reducción de los costes a corto plazo, pero también a una inversión deficiente en innovación, necesaria para el crecimiento de sus ventas. En consecuencia la ROIC bajó y la empresa sufrió una considerable pérdida de cuota de mercado, cayendo su cotización un 60% en 24 meses.
Sin embargo, cuando los incentivos a la dirección están bien alineados con la ROIC se tienden a crear valor para el accionista.
Es el caso de una empresa de reparaciones domésticas con un equipo directivo incentivado para emprender acciones destinadas a proporcionar un crecimiento porcentual constante de las ventas, de un solo dígito bajo a medio.
Su estrategia, con el propósito de ser líder en comercio electrónico en el mercado minorista, se centró en dirigirse a importantes clientes profesionales, a fin de impulsar las ventas tanto en línea como en tiendas físicas.
Ello se combinó con una disciplinada asignación del capital y con la recompra de acciones, lo que dio lugar a un aumento constante de la ROIC y el consiguiente aumento de la rentabilidad para los accionistas.
Esta clase de inversión, con firmes cimientos de gobierno corporativo y es capaz de soportar la prueba del tiempo, es la que puede proteger y aumentar el patrimonio del inversor a largo plazo.