
En octubre habrá elecciones presidenciales en Argentina, Bolivia y Uruguay. Al menos, su primera vuelta. Son los tres últimos comicios del intenso ciclo electoral latinoamericano 2017/2019. Más allá de las diferencias y semejanzas entre estos procesos y sus resultados, la región se juega mucho.
Y si bien está en disputa la continuidad del proyecto gobernante, su significado y trascendencia, local y regional, varía de un país a otro.
En Argentina y Bolivia, Mauricio Macri y Evo Morales quieren ser reelectos, mientras en Uruguay, el Frente Amplio, la gran coalición de partidos de izquierda, busca su permanencia. Pero mientras el Frente Amplio y Morales gobiernan ininterrumpidamente desde 2005 y 2006, Macri solo lo hace desde 2019. Esto lleva a medir con distinta intensidad el agotamiento ante sus proyectos y programas y la fatiga popular, que afecta desigualmente el voto.
Otra cuestión en liza es la permanencia o profundización de ciertas alianzas y equilibrios regionales. Los cambios políticos, el impacto de la crisis venezolana y el Grupo de Lima han provocado que algunas instituciones de integración regional alcanzaran una fase crítica o incluso terminal. Esto ocurrió con la Alianza Bolivariana de las Américas (Alba), la Unión de Naciones del Sur (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). A esto se suma el retroceso del proyecto bolivariano y los triunfos electorales de la derecha o centro derecha, que han llevado a hablar de un giro a la derecha continental. Y si bien lo ocurrido en México, Costa Rica y El Salvador cuestionan esa unanimidad, habrá que esperar a las tres próximas elecciones para determinar el balance final.
En Uruguay y Bolivia hay gobiernos de izquierda, más clásica en uno y con un marcado sesgo populista en el otro, que podrían ser reelectos, sin olvidar las opciones del kirchnerismo para retornar al poder. La fórmula Fernández y Fernández está bien situada en las encuestas y sus chances son altas. Por tanto, dependiendo de los resultados se podría acentuar, o no, la actual deriva conservadora.
Lucha entre peronistas
Desde una perspectiva nacional hay que considerar situaciones muy diversas. En Argentina se discute entre la reelección de Macri o el regreso de Cristina Fernández de Kirchner. Y si bien ella concurre a las elecciones como candidata a vicepresidenta, no hay ninguna duda de que ostenta el poder en su partido. Otro factor es la presencia de peronistas en las tres fórmulas mejor situadas, aunque solo dos cuenten. Un chiste que circula profusamente en Argentina en estos días pregunta: "¿a qué peronista vas a votar?"
Más allá del común denominador peronista, hay diferencias entre las tres candidaturas. Ni Miguel Ángel Pichetto ni Juan Manuel Urtubey son lo mismo que los Fernández y simbolizan proyectos más democráticos que el kirchnerista. De ahí que la pregunta a formular es si seguirá la apertura y la consolidación institucional del macrismo o se volverá al populismo caudillista de los Kirchner. La polarización podría conducir incluso a que todo quede resuelto en la primera vuelta.
En Bolivia, Morales vulnera una vez más la Constitución boliviana para ser reelecto. Ya la vulneró cuando decidió, avalado por una justicia subordinada, no considerar su primera elección como un mandato computable dentro del nuevo marco constitucional. En esta oportunidad, se une el resultado negativo de un referéndum que convocó para ser reelegido. Pese a lo prolongado de su mandato, tiene opciones de volver a ganar.
La economía, más allá de ciertas señales de advertencia, cada vez más evidentes, todavía mantiene su rumbo y genera los recursos para engrasar las redes clientelares. Sin embargo, su principal rival, el ex presidente Carlos Mesa, tiene sus bazas, especialmente si la elección se decide en la segunda vuelta y la oposición se une.
En Uruguay asistimos a un panorama complejo que pondrá fin a la era de Tabaré Vázquez y José Mujica. A falta del inminente resultado de las elecciones primarias, el Frente mantiene sus opciones, aunque en caso de gobernar lo hará con un parlamento fragmentado.
Segunda vuelta reñida
Los candidatos mejor situados en las primarias son Daniel Martínez, exalcalde de Montevideo, por el Frente Amplio; Luis Lacalle Pou, por el partido Nacional y Ernesto Talvi por el partido Colorado (seguido a corta distancia por el ex presidente Julio María Sanguinetti). Según las encuestas, los más votados serían Martínez y Lacalle, aunque habría una segunda vuelta muy competida.
Faltan casi cinco meses para todos estos comicios, una eternidad en términos de política local. De momento, la incertidumbre es elevada en todos y las tres monedas aún pueden caer a cualquier lado. El calendario electoral, las campañas, los errores o aciertos que cometan y la marcha de la economía condicionarán los resultados. Dependiendo de ellos, mucho puede cambiar en Argentina, Bolivia y Uruguay y en los equilibrios latinoamericanos.