Opinión

Hacienda podría incumplir su promesa de subir el sueldo a los funcionarios

  • Reproches a Montero de los sindicatos
  • Los elegidos de Puigdemont para sucederle en Junts per Catalunya
  • El pueblo donde el PSOE ganó por una moneda al aire

Hacienda se comprometió a subir el sueldo a los funcionarios un 0,25 por ciento en julio. Pero todo apunta a que el departamento comandado por María Jesús Montero no cumplirá su promesa.

El motivo radica en que, para aplicar el incremento se requiere un acuerdo del Consejo de Ministros, una premisa harto complicada habida cuenta de que el Ejecutivo se halla ahora en funciones. Pero esta excusa no basta a los sindicatos que, dicen, ahora reprochan a Montero que habría evitado el retraso si se hubiera aprobado un decreto antes de las generales. "Nos dijeron que no era posible porque podría ser visto como electoralista", bromean en un sindicato de la Administración, en el que no se creyeron la respuesta, "ya que era la época de los viernes sociales". "El problema real está en que la medida exige un alza del gasto de 400 millones, que el Gobierno no había contemplado", añaden los agentes sociales. A la vista está que sus quejas quedaron en saco roto. De hecho, en Hacienda ya dan por hecho que la subida se retrasará, lo que afecta a más de tres millones de empleados públicos.

Los nombres en los que Puigdemont confía

Otro comentario que circula en este caso en Cataluña está relacionado con Puigdemont. Los próximos meses serán movidos en Junts per Catalunya, partido que tras las europeas debe buscar un sucesor para Carles Puigdemont. Lo que ocurre es que el europarlamentario no tiene la más mínima intención de perder su control sobre la formación independentista, sobre todo, si no le permiten ocupar su escaño. Aunque todo está por decidir, existen una lista de nombres en la que Puigdemont confía para mantener "su legado". En concreto se habla del actual conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, o su homóloga de Empresa, Àngels Chacón. Todos ellos deberán enfrentarse a las demás facciones que también aspiran a controlar JxCat. Se trata del grupo comandado por el actual presidente del PDeCat, David Bonvehi, y la que forman antiguos convergentes que esperan el retorno de Artur Mas tras su inhabilitación.

El Ayuntamiento que el PSOE ganó a cara o cruz

El PSOE se hizo con el poder en muchas localidades tras el 26-M. Pero ninguna de sus victorias ha sido tan curiosa como la de El Atazar. En esta población madrileña de 100 habitantes, PSOE y PP empataron en votos. Para desempatar se lanzó una moneda al aire, que dio la alcaldía al candidato socialista. Más allá de la anécdota, conviene recordar que este método es el que la Junta Electoral exige en caso de igualdad.

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