
El proyecto de crear un nuevo impuesto específico para la banca ha experimentado todo tipo de avatares en la legislatura que está a punto de terminar. Antes del verano, el presidente Pedro Sánchez situó este tributo entre las prioridades de su política fiscal, alegando que las entidades, y no sus depositantes, habían sido las grandes beneficiadas de los rescates financieros que tuvieron lugar durante la crisis.
Con todo, la polémica que este muy discutible argumento despertó hizo que Sánchez se centrara en la elaboración de los Presupuestos de 2019 y no volviera a mencionar este tributo. Sin embargo, antes de que se adelantaran las elecciones, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sí que volvió a referirse, en el Senado, a la posibilidad de implantarlo. Dicen en Moncloa que el comentario de Montero #no fue casual y que, en su equipo, "hay firmes partidarios de seguir adelante con este impuesto, digan lo que digan en el sector bancario". "Nuestra popularidad ahora está en máximos y podríamos #elevarla aún más con una medida que seguro que apoyarán Podemos y otros partidos", aseveran en el Ejecutivo. De hecho, hay quien prevé que una propuesta #en firme para crear este impuesto puede estar lista en el próximo mes de octubre.