Bruselas envía un mensaje directo al nuevo Gobierno que negocia Pedro Sánchez. Pese a que mantiene las previsiones de crecimiento para España, avisa del alto déficit estructural que ronda el 3 por ciento del PIB.
Lo que equivale a decir que el país gasta unos 36.000 millones más de lo que ingresa sin tener en cuento el ciclo económico. De ahí que pida un mayor y más rápido ajuste fiscal para reducir el déficit público (2,3 por ciento para este año, tres décimas más que la previsión del Ejecutivo) y la deuda. Esta advertencia se une a la realizada ayer en la misma línea por el Banco de España y deberían hacer ver al Ejecutivo que no es el momento de elevar el gasto público. Y mucho menos fiarlo todo a un alza de impuestos capaz de frenar el crecimiento.