Opinión

La gran fortaleza que Seat muestra

El presidente de Seat y responsable del grupo Volkswagen, Luca de Meo, protagonizó la más reciente edición del Ágora de elEconomista.

Su intervención sirvió para repasar los desafíos del automóvil, y evidenciar la capacidad de respuesta de Seat. La evolución hacia los motores eléctricos es irreversible y así lo asume el directivo al dejar claro que "la democratización de esta tecnología resulta clave". Con todo, conviene escuchar su llamada a ser realistas en cuanto a su implantación. Vender un millón de coches eléctricos en España en 2025 requiere la existencia de 700.000 puntos de recarga, cifra muy superior a los ahora existentes. A más corto plazo, la incertidumbre proviene de las políticas posteriores al 28-A. Aunque no vuelvan a producirse mensajes infundados sobre el diésel, existe el riesgo de que se penalice el gasóleo. De Meo no minusvalora los efectos de esa decisión ("a nadie le gusta que le suban los impuestos"), pero muestra serenidad al asegurar que está lejos de situar ese escenario entre sus prioridades. Con todo, la capacidad de resistencia de Seat queda más clara ante una amenaza mucho más disruptiva, como es el independentismo, sobre todo en una firma tan presente en Cataluña. Debe celebrarse su garantía de proseguir las inversiones previstas. La empresa no ha sufrido más que problemas logísticos puntuales por culpa de la deriva soberanista y está en condiciones de mantener su compromiso. Con todo, sería un error ver un cheque en blanco en las palabras de De Meo. Un resurgir del desafío al Estado multiplicaría la incertidumbre que el 1-O provocó en las empresas, y haría que los traslados de domicilios sociales y fiscales se transformen en cierre de fábricas y destrucción de empleo.

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