
Treinta y tres meses después de votar a favor de dejar la Unión Europea, el Reino Unido sigue estando algo dividido acerca de cómo abandonar el que, eventualmente, es el mayor bloque comercial del mundo. Parece cada vez más posible que el Brexit se esté suavizando y pueda ser pospuesto hasta 2021 o, menos probable, que el Reino Unido salga de la Unión Europea en unos meses, o semanas.
La semana pasada el parlamento del Reino Unido rechazó por segunda vez la propuesta de acuerdo elaborada por la primera ministra, Theresa May, y votó en contra de salir de la Unión Europea sin un acuerdo. Asimismo, en un tercer día, votó para extender la fecha límite para, al menos, el 30 de junio.
Si el Parlamento repite su rechazo, como parece probable, una mayor prórroga o un Brexit duro "accidental" siguen siendo posibles. Entonces lo más probable es que May trate de usar el argumento del miedo para inclinar a los detractores del Brexit a apoyar su acuerdo, tras pedir una prórroga a la Unión Europea hasta el 30 de junio.
El funcionamiento de los mercados ha asumido que Reino Unido negociará alguna suerte de salida suave, que favorezca un periodo de transición en el que las dos partes puedan negociar los detalles de tarifas, cuotas de recursos compartidos o acceso a servicios. En este momento, la única vía para alcanzar ese periodo de transición es el acuerdo de May. La semana pasada la libra esterlina avanzó contra el euro y el dólar americano, ya que los inversores interpretaron que las últimas votaciones están disminuyendo la posibilidad de que se produzca un Brexit económicamente perjudicial.
Cualquier extensión de tres meses al límite del 29 de marzo, una vez solicitada por el Reino Unido, necesita ser aprobada por unanimidad por resto de los 27 países miembros, y será discutida probablemente en la reunión del Consejo Europeo de jueves y viernes de esta semana.
Legalmente, la única manera unilateral para que el Reino Unido evite que el Brexit se produzca el 29 de marzo sería la revocación del artículo 50. Para que el acuerdo de May consiga luz verde se necesita un cambio en el corazón del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, varios Tory Brexiteers y algunos parlamentarios laboristas. Aritméticamente, todo parece improbable, dada la falta de esfuerzo que el Gobierno ha puesto para ganarse a los diferentes electores en el parlamento y en particular a los miembros del Partido Laborista.
Mientras, el resto de la Unión Europea tiene otras prioridades. La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron están lidiando con las oposiciones populistas antes de las elecciones europeas, varias economías de la zona se ralentizan y están teniendo lugar mayores fricciones entre EEUU y Rusia
En algún punto la paciencia de los 27 Estados miembros con el caos autoimpuesto del Reino Unido simplemente se agotará, y será entendible. Mientras tanto, si continúan rechazando el acuerdo de renuncia sin consenso para una alternativa, los miembros del Parlamento inglés estarán dejando en manos de los líderes de la UE el futuro inmediato de su país.
Se produzca el Brexit o no en junio, el riesgo real es que el Reino Unido salga de la UE sin un acuerdo de transición y, por lo tanto, no esté preparado para las consecuencias económicas. Aceptar un período de transición, al menos, creará un poco de espacio para una salida más ordenada.
Dado el posible inconveniente de la libra esterlina en el caso de un Brexit sin acuerdo, por accidente o diseño parlamentario, la función de los gestores de patrimonio es proteger las carteras de la volatilidad. Por esta razón, es recomendable no asumir riesgos innecesarios en las carteras y, aunque se pueda perder una fracción de las ganancias iniciales de un rally antes de participar, es prudente cubrir una exposición de la libra esterlina.