
Durante el Foro de Davos, la ministra de Economía, Nadia Calviño, dejó claro al presidente de BBVA, Carlos Torres, su preocupación por las presuntas escuchas realizadas por el excomisario José Manuel Villarejo a políticos y empresarios por orden del banco. Pero ahora se comenta en Moncloa que dicha inquietud alcanza a todo el Ejecutivo, incluido el presidente Pedro Sánchez.
"Ha preguntado en repetidas ocasiones por este asunto", corroboran fuentes gubernamentales. Las mismas personas indican que esa inquietud es lo que ha llevado al Gobierno a no entrar demasido en el caso, más allá de advertir a BBVA del daño a la reputación del banco como consecuencia de este turbio asunto.
De hecho, se llega a comentar que los documentos de Villarejo son la causa que ha impedido a Sánchez avanzar en uno de los objetivos que, dicen, tenía en mente, "fusionar Bankia con BBVA". Con la operación, pretendía recuperar las ayudas a Bankia e impedir que Podemos siguiera reclamando la conversión de la entidad presidida por Jose Ignacio Goirigolzarri en banco público.