La evolución de los mercados de futuros permite prever un encarecimiento del precio de la electricidad del 8% en 2019. Es un alza que puede sorprender en un año en el que el Gobierno toma medidas, como recurrir a la hucha en la que almacena los superávit del sistema eléctrico, con objeto de congelar la parte regulada del recibo de la luz (los peajes). Medidas como éstas, sin embargo, no atacan el fondo del problema, que es la excesiva influencia de factores coyunturales como la cotización del petróleo o tan técnicos como la evolución de los precios de los permisos para emitir CO2. Sigue pendiente la adopción de soluciones, como crear una cesta de precios a más largo plazo, menos vulnerable a la volatilidad.