Cuentan en los pasillos del Senado que el actual Gobierno ha echado mano, en los últimos meses, de una treta para mantener la Cámara Alta en un estado cercano a la parálisis. "Es una situación que claramente le beneficia", según comenta un veterano senador, "ya que nada cambió con la moción de censura y el PP mantiene su mayoría absoluta en esta institución".
Y, para evitar que la oposición pueda tomar excesiva ventaja de esa circunstancia, comentan que el Ejecutivo ha optado por responder con el silencio cada vez que le llega una pregunta del Senado. "No puede ser casual que, en apenas seis meses, se hayan acumulado 600 preguntas que los ministros tienen pendientes de contestar", explican en círculos políticos.
Esas mismas fuentes añaden que un silencio tan prolongado es una clara traba para el funcionamiento normal de la Cámara. "En esta situación, hay que esperar a que los ministros comparezcan personalmente en comisión para que respondan, y eso lo retrasa todo", apuntan.
También comentan que es el titular de Exteriores, Josep Borrell, quien más preguntas tiene pendientes, aunque también existen "importantes retrasos" en Hacienda, Interior o Justicia.
