
Durante los poco más de 100 días de Gobierno del PSOE, los enfrentamientos parlamentarios entre el presidente Pedro Sánchez y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera han sido sonados.
El último a costa de la famosa tesis del presidente. Pero, por lo que se dice en los pasillos del Congreso, la enemistad entre ambos viene de más lejos. "Solían llevarse bien.
Pero una indiscreción de Sánchez, que desveló una conversación privada que afectaba a Ciudadanos, rompió las buenas relaciones que había entre los dos", dicen en círculos políticos.
Buena prueba de ello es que ambos han dejado de intercambiarse mensajes y ahora el presidente "ya no consulta nada con Rivera, incluidos asuntos clave como el techo de gasto".
Pues bien, en el Congreso se está comentado que Pablo Iglesias se aprovecha de este distanciamiento que existe entre ambos líderes políticos. "Iglesias ha sabido ver ese problema y se ha posicionado rápidamente como un aliado de Sánchez", dice un veterano diputado.
¿El resultado?: "Iglesias somete ahora a un auténtico bombardeo diario de mensajes y correos al presidente para que no se olvide de que ahora es el socio preferente".