
EEUU ofrece a Pekín otra reunión antes de activar los aranceles sobre las importaciones chinas. Sería precipitado pensar que la guerra comercial está ahora más lejos.
De momento, sólo hay una mera propuesta de encuentro, acompañada de unas exigencias básicas de EEUU (pide que la representación china sea de mayor nivel que la enviada a las conversaciones de agosto).
Es más, todo apunta a que Trump se limita a hacer un gesto a los lobbies de los sectores económicos de EEUU que saldrían perjudicados si se imponen los aranceles.
De hecho, China ha conseguido que ahora sean las propias empresas estadounidenses las que presionen en contra de la guerra comercial. Sin embargo, esas fuerzas tampoco garantizan que Trump retroceda.