Opinión

Excesiva volatilidad en la energía

El Ministerio de Transición Ecológica propondrá la semana próxima una batería de medidas que responden a las fuertes subidas del recibo de la luz de las últimas semanas que, según se prevé, continuarán en los próximos meses.

Se trata de un problema complejo y, por ello, es lógico, que el Gobierno presente un repertorio de acciones en varios frentes. Así, por ejemplo, el Ejecutivo contempla fórmulas para que no tengan tanto impacto en la factura regulada aspectos tan técnicos como la cotización de los derechos de emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.

Pero aún más interesante es la búsqueda de recursos para cambiar el modo en que los precios del mercado mayorista (pool) se trasladan al recibo de los clientes finales. El pool se caracteriza por el hecho de que los precios cambian prácticamente cada hora debido a su muy alta sensibilidad frente a factores totalmente incontrolables como la climatología (que determina, por ejemplo, si existe una mayor oferta de energías baratas como la hidráulica).

Esas variaciones repercuten con una fidelidad excesiva en la fijación de la tarifa regulada, por lo que resultarían de ayuda soluciones que ya maneja el Gobierno, como establecer una cesta de precios definidos a más largo plazo.

No se trata de buscar garantías para que los precios se mantengan artificialmente bajos, pero lo que sí se puede lograr es una mayor estabilidad que permita a hogares y empresas planificar mejor su gasto en un recurso tan básico como es la energía en los trimestres venideros.

La excesiva volatilidad actual no sólo deja menos margen de reacción.Además, provoca ya daños económicos que están perjudicando la actividad de sectores como el industrial.

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