A pesar de las dificultades que vive Brasil, Santander sobrepasa con seis meses de antelación los objetivos proyectados para su filial en ese país, la principal fuente de beneficios del grupo.
Las adecuadas ofertas comerciales batieron en junio los 9,2 millones de clientes con los que se esperaba concluir el año, y superar en tres puntos la rentabilidad prevista (20%).
Sin duda, la buena marcha de la franquicia ayudará a todo el grupo a cumplir sus metas en 2018. Pero más importante aún es el hecho de que Santander reduce a tiempo los riesgos que su exposición a Brasil supone.
Máxime si se tienen en cuenta la cercanía de unas elecciones de resultado imprevisible y los miedos a que se desencadene una nueva crisis en los mercados emergentes.