
La adquisición de suelo por parte de las inmobiliarias cotizadas se acelera este año. Así estas empresas tienen ya capacidad para levantar 85.000 nuevas viviendas.
Puede parecer una cifra exagerada, considerando que la demanda de casas de reciente construcción vuelve a crecer, pero a un ritmo mucho más moderado que la segunda mano.
Sin embargo, una adquisición de suelo de tanta envergadura tiene sentido a medio y largo plazo. Todo apunta a que el auge inmobiliario aún cuenta con recorrido y que, en los próximos años, el precio de los terrenos licitados para edificar puede ser mucho más alto que ahora.
Por ello, las inmobiliarias que no sean previsoras y no refuercen ahora sus reservas de suelo pueden toparse con serios problemas para seguir creciendo.