El anuncio del fichaje de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, por parte del Instituto de Empresa (IE), para liderar su recién creado Africa Center, fue una de las noticias que marcó la semana pasada.
Desde entonces, en círculos académicos y políticos, no ha dejado de comentarse este hecho ni las circunstancias que lo han rodeado.
De hecho, hay quien ha atado cabos y asegura que ahora es posible explicar el modo en que Gómez se multiplicó, en las últimas semanas, para no perderse ninguna de las galas benéficas que se celebraron en Madrid antes del comienzo de la temporada de vacaciones.
Su experiencia en temas relacionados con cooperación es larga pero, aun así, llamó la atención cómo, apenas llegada a La Moncloa, la primera dama tuvo margen para tener lista en un tiempo récord su propia agenda y asistir sola a actos como la fiesta para el Proyecto Albinos de Tanzania o el concierto Dreamers, de la Fundación GMP.
En Madrid se especula sobre si, con sus asistencia a estos actos, Gómez no sólo apoyaba causas humanitarias, sino también contribuía a crear una imagen pública que ayudara a justitificar el nombramiento que poco después llevó a cabo el IE.
