Una inesperada carambola de casualidades agrava los apuros a Podemos a la hora de conducir las más cotidianas negociaciones con el Gobierno, o incluso tomar decisiones en el día a día del partido.
Ya es sabido que el nacimiento prematuro de sus dos hijos obliga a Irene Montero y a Pablo Iglesias a tener que asumir menos responsabilidades. Pero las dificultades no dejan de crecer. Por un lado, Alberto Garzón también será padre el mes próximo y en breve estará de baja.
Por si fuera poco, en Podemos asumen "que no se puede contar" con Íñigo Errejón, quien está totalmente centrado en sus aspiraciones a presidir la Comunidad de Madrid.
Descartadas también otras figuras como Carolina Bescansa, por ser ahora versos sueltos en el partido, hay quien en la formación morada ha expresado su miedo ante la carencia de un liderazgo claro en el Congreso a la hora de sentarse a hablar con el Gobierno.
"Ahora que el Ejecutivo quiere retomar los contactos en aspectos importantes, como lograr la aprobación del techo de gasto en la Cámara Baja, lo peor que nos puede pasar es que entremos en un periodo de interinidad que nos paralice", comentan fuentes de Podemos.
"Vienen unos meses clave en los que no podemos permitirnos una pérdida de influencia", lamentan.
