Opinión

Dos meses de sorpresas...y lo que queda

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Imagen: EFE

Restablecer los recortes causados por la crisis y restaurar los gastos suntuosos en educación y sanidad. En estas dos frases puede resumirse la política económica de Pedro Sánchez en los dos primeros meses (64 días) del Gobierno.

Entre sus meteduras de pata está la política de inmigración. La acogida del Aquarius provocó un efecto llamada que está incrementando la llegada de sin papeles, como reconoció el comisario europeo, Dimitris Avramopoulus, en su visita a España. Se trata de personas de difícil integración en el mercado laboral, ya que carecen de educación y apenas saben hablar en nuestro idioma o leer y escribir.

Su primer conflicto social, la huelga de los taxistas, se saldó con el traspaso de las competencias a las autonomías y ayuntamientos. Una cesión que burla las normas de libre competencia y pretende proteger a los taxistas, un colectivo que no supo modernizarse y ponerse al día, al igual que ocurre con otras concesiones, como quioscos o estancos.

No nos engañemos, los taxistas levantaron la huelga, porque la decisión del ministro Ábalos diezmará las flotas de VTC tras la exigencia de una segunda licencia para operar en las grandes ciudades por parte de los ayuntamientos.

La improvisación y los guiños a la izquierda alejan a Sánchez del centro y crean desasosiego

Son comprensibles las prisas que tiene el máximo responsable para Europa de Cabify, Mariano Silveyra, por sacar su empresa a bolsa. Después de la decisión de Fomento, el valor de sus activos va a quedar reducido casi a cenizas. Cabify gestiona licencias valoradas en precios astronómicos que tarde o temprano tendrá que ajustar al mercado. No todo lo que reluce es oro, y menos en España, donde la libre competencia es misión imposible.

En las filas socialistas sentó muy mal el viaje en el Falcon oficial de Sánchez para asistir al concierto de The Killers en Benicàssim (Castellón). Sobre todo, en un momento en que cientos de ciudadanos eran víctimas de la huelga de Ryanair. La Moncloa produce un efecto de aislamiento en sus inquilinos, como ya ocurrió con Aznar, Zapatero o Rajoy. Tampoco se entienden algunos nombramientos en empresas públicas, que no se ajustan al perfil requerido.

En Correos, que debe responder de manera urgente al reto de la digitalización, chocó el nombramiento de su anterior jefe de Gabinete, Juan Manuel Serrano, que había vuelto a su plaza de funcionario después de ser desplazado por Iván Redondo.

La sorpresa mayor proviene de Paradores, donde situó al anterior secretario general del partido en Castilla y León, Óscar López, que cosechó una sonora derrota frente al PP de Juan Vicente Herrera. Sin embargo, otros fichajes como el de Maurici Lucena en Aena o Jordi Sevilla, en Red Eléctrica, permitieron compensar el desaguisado.

La negociación con la Generalitat es de las cosas más sensatas puestas en marcha por Sánchez, pese a las polémicas y las feroces críticas de la derecha

Desde que llegó al Gobierno, prácticamente no hay día que algún ministro anuncie la supresión de un recorte o la restauración de un gasto o un impuesto. Esta semana, sin ir más lejos, la ministra portavoz y responsable de Educación, Isabel Celaá, anunció que suprimiría los ajustes en educación, mientras que la de Política Territorial, Meritxell Batet, ofreció un alza del 30 por ciento de la inversión de infraestructuras en Cataluña.

La negociación con la Generalitat es de las cosas más sensatas puestas en marcha por Sánchez, pese a las polémicas y las feroces críticas de la derecha. Todos sospechamos que no conducirá a ninguna parte, pero era necesario restablecer el diálogo y la cuota de inversión que corresponde a Cataluña.

La cuestión, como señaló en elEconomista el secretario de Economía del PP, Alberto Nadal, es que para muchas medidas como la subida de impuestos es necesario una mayoría parlamentaria. Además, PP y Ciudadanos controlan la Mesa del Congreso y se han conjurado para impedir que pasen los Presupuestos. Sánchez intentará saltarse la Ley de Estabilidad para eludir el veto.

La falta de coordinación entre ministerios, con guiños a la izquierda en lugar de intentar un giro al centro, está creando una gran desconcierto entre sus asesores. En este escenario de improvisación, el Gobierno atacó a dos grandes colectivos: los dueños de vehículos diésel, más de la mitad del parque móvil, y los autónomos, alrededor de tres millones.

La anterior ministra de Empleo, Fátima Báñez, urdió con el apoyo del presidente de ATA, Lorenzo Amor, una tarifa plana para autónomos que apenas funcionó. Su sucesora, Magdalena Valerio, la suprimirá sin pensar en el coste político. El meollo de la cuestión está en mantener la reforma laboral, que Valerio puso en tela de juicio, pero aún no se atreve a tocar.

¡Ojo con los impuestos, el ciudadano acaba enfadándose! Eso sí, Pedro Sánchez disfrutará de unas merecidas vacaciones a todo de lujo y a costa del erario público, en el magnífico Palacio de las Marismillas de Doñana, rodeado de 1.280 hectáreas de zonas verdes. ¡Como no había soñado en su vida!

PD.-Cuenta con la ventaja de que la oposición por el centro derecha está aún dormida. La vencedora de las elecciones catalanas, Inés Arrimadas, no abrió la boca en el conflicto con los taxistas. Algunos lo atribuyen a que desde la consultora de su marido se trabaja para Uber. La esposa de otro consultor, el jefe del área jurídica de Telefónica, Iván Rosa, es Soraya Sáenz de Santamaría. La ex vicepresidenta duda entre encabezar las listas a la Alcaldía de Madrid o aceptar una oferta de BBVA. Su rival, el Santander, habría tentado para sus filas a Álvaro Nadal. Aunque las incompatibilidades dificultan dar cualquier paso.

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Comentarios 1

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Carmen
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Pues si esos son los argumentos en contra... sí, y lo que le queda.

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