
El presidente Pedro Sánchez ha hecho suyo el objetivo de propiciar que el gasto de España en Defensa suba desde el 0,94% actual hasta el 2% del PIB en 2024.
Tanto los plazos como la cuantía son razonables para lograr una meta que la UE se fijó hace ya cuatro años y hacia la que apenas ha avanzado ningún país (con las excepciones de Grecia, Reino Unido o los Estados bálticos, que incluso superan el 2%).
Es cierto que la Cumbre de la OTAN no fue tan conflictiva como se esperaba y EEUU mantendrá en el mismo nivel sus aportaciones a la Alianza Atlántica. Sin embargo, ante las nuevas amenazas internacionales (como el terrorismo globalizado), Europa debe aspirar a tener un papel más proactivo en la defensa común.