
El Gobierno reconoce ya que, en esta legislatura (aquella que el presidente Sánchez anunció que agotará) será imposible reformar el sistema de financiación autonómica.
Sorprende esta temprana toma de posición en un Ejecutivo del PSOE, cuyos barones ya empezaron a movilizarse para negociar directamente con Mariano Rajoy los cambios.
Es más, la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue especialmente combativa en este aspecto desde su puesto como consejera andaluza.
Ahora bien, renunciar a esas posiciones, una vez asumidas las tareas de gobierno no es incoherencia, sino realismo.
El actual Ejecutivo no cuenta con la fortaleza parlamentaria, ni con tiempo en el que concitarla, para lanzar una reforma de este calado.