
Hoy, cuando Italia celebra los 70 años del referéndum que convirtió el país en una república, la Liga de Matteo Salvini recogerá firmas para la elección directa del presidente de la República. Esta iniciativa es una protesta en contra de Sergio Mattarella que durante las últimas semanas ha mantenido un pulso con el líder derechista sobre la formación del Gobierno.
En la actualidad, el presidente de la República es elegido por el pleno del Parlamento y con la mayoría de dos tercios de la Asamblea durante las primeras tres votaciones; con la cuarta votación es suficiente la mayoría absoluta. Sin embargo, el sueño de una República presidencial, como el modelo francés, es un tema recurrente de la derecha transalpina. Restar poder al Ejecutivo fue justo la preocupación de la Asamblea Constituyente que en la posguerra elaboró la Constitución italiana tras dos décadas de régimen fascista.
El resultado fue un primer ministro bajo tutela del Parlamento y de la Presidencia de la República. Para empezar en Italia, el Ejecutivo tiene que obtener la confianza de ambas cámaras y de la misma manera sus propuestas de ley tienen que recibir el visto bueno del Congreso y del Senado. Finalmente, el presidente de la República puede vetar una norma y pedir una nueva votación del Parlamento.
Sin embargo, como se ha observado en la reciente crisis política transalpina, el principal poder que tiene el jefe de Estado italiano es condicionar la formación de un Gobierno. Los antecesores de Mattarella vetaron varios candidatos en la reciente historia política: en 2014, Matteo Renzi tuvo que quedarse con Pier Carlo Padoan en Economía, en vez de su candidato Graziano del Rio, que fue nombrado ministro de Fomento. Otro poder que resultó decisivo en esta crisis es el de disolver las Cámaras lo que puede influir sobre la fecha de las elecciones. En los últimos días fue la amenaza de celebrar comicios el 29 de julio lo que forzó la Liga a reanudar negociaciones con el M5E para formar un Gobierno.
El Jefe de Estado tiene otras prerrogativas: es presidente del Consejo Superior del Poder Judicial y puede designar a senadores vitalicios. El poder efectivo del presidente de la República, sin embargo, depende de la situación política y de la ley electoral del momento. Durante los primeros 45 años de democracia (1948-1993, conocido como Primera República), cuando Italia tuvo 50 Gobiernos, el presidente de la República era una pieza fundamental para la estabilidad política transalpina. Luego en la Segunda República, una reforma electoral mayoritaria favoreció la alternancia entre centroderecha y centroizquierda, disminuyendo el margen de maniobra de la presidencia de la República, ya que la coalición ganadora no necesitaba la mediación del mandatario para formar un Gobierno. Los presidentes italianos, sin embargo, mantuvieron su centralidad en las crisis políticas. En Italia las mociones de censura no implican que la Presidencia de Gobierno pase al líder de la oposición. Y a menudo las crisis se resuelven con gabinetes tecnócratas.
El actual mandatario Sergio Mattarella tuvo que intervenir durante la crisis del Gobierno de Matteo Renzi, que dimitió en el diciembre de 2016 tras el fracaso del referéndum sobre su reforma electoral.