
Tras no cumplir con la promesa de reformar el sistema sanitario americano, los legisladores republicanos están decididos a promulgar algún tipo de reforma fiscal antes de finales de 2017. Actualmente, la Cámara de Representantes ha aprobado su versión del proyecto de ley y la versión del Senado realizada por su Comité Financiero se espera que sea sometida a votación de la totalidad del Senado antes de finales de noviembre.
Las dos versiones son similares, pero tienen diferencias. Si el Senado aprueba su versión actual, la Cámara y el Senado entrarán en un proceso de reconciliación. Cabe la posibilidad de que las dos partes no sean capaces de alcanzar un acuerdo respecto al proyecto final y fracase la reconciliación. En este caso, necesitarían comenzar de nuevo, probablemente en 2018. Mientras tanto, estamos centrándonos en los posibles impactos de las dos versiones actuales.
El eje principal de ambos proyectos es rebajar el tipo del Impuesto de Sociedades del 35 al 20 por ciento. El tipo actual americano se encuentra en un nivel atípico si se compara con otros países que han rebajado sus tipos para hacer sus países más competitivos. No hay consenso sobre cómo afectará esto a la economía. La reducción impositiva podría utilizarse para aumentar el gasto de capital, incrementar los salarios y crear empleos, pagar dividendos o recomprar acciones. La teoría es que la economía se beneficiaría de un aumento de la productividad derivada del aumento del gasto del capital. O el consumo, que también se beneficiaría de un aumento de la productividad si la rebaja impositiva se aprueba en forma de salarios más elevados o una mejora del empleo, que daría lugar a un mayor crecimiento del consumo. Si la rebaja se utiliza para pagar dividendos o recomprar acciones, la economía en general no se beneficiaría, pero sí los mercados de renta variable. Seguimos confiando en que los cambios propuestos, si se materializan, beneficiarán a la economía.
Desde que gestionamos carteras de high yield, nuestro foco ha estado en los posibles efectos en las compañías con calificación inferior a grado de inversión. Unas pocas medidas específicas de los proyectos tendrían efecto sobre los emisores de alto rendimiento. Ambos proyectos proponen una limitación de la deducibilidad de los gastos por intereses, siendo el proyecto de ley del Senado el más estricto de los dos.
Hemos analizado el impacto esperado sobre las compañías y hemos concluido que la limitación sería una carga para ciertos emisores endeudados con un débil flujo de caja. Sin embargo, la mayoría de las emisiones no se verían afectadas. Esta limitación cambiaría la economía de las compras apalancadas y podría desalentar el uso de grandes cantidades de deuda para adquirir compañías privadas.
Algunas de las provisiones beneficiarían o dañarían a algunos sectores. El posible aumento del gasto del capital sería positivo para determinados sectores incluyendo aquellos que participan en grandes proyectos de infraestructuras. A primera vista, la eliminación de la exención de los impuestos estatales y locales así como la limitación sobre la deducción de los intereses de las hipotecas podrían perjudicar a los constructores de viviendas. Sin embargo, si se examina más de cerca, la mayoría de los constructores de viviendas operan en estados con bajos impuestos y construyen casas más baratas que no necesitan hipotecas mayores que el límite de la deducción.
Con la diferencia en la reducción de los tipos impositivos y la propuesta de impuestos adicionales dirigidos a la propiedad intelectual offshore, las inversiones en las que las compañías establecen sedes fuera de EEUU serán menos atractivas. La propuesta del Senado también incluye una controvertida disposición para eliminar el requerimiento de que las personas contraten un seguro de salud, lo que podría conducir a una mayor inestabilidad en el mercado de seguros. Los hospitales y otros proveedores de servicios de salud se beneficiaron de la caída de pacientes no asegurados cuando se estableció el mandato. Una parte de esta ventaja podría revertirse si se elimina el requerimiento.
En general, creemos que el proyecto de ley sería positivo para los balances porque rebajando los tipos aumentaría el coste de capital después de impuestos que incentiva a las compañías para que paguen su deuda. Esto podría ser positivo para el mercado de high yield ya que los emisores deben fortalecer sus balances.
Esto es menos obvio, ¿cuál sería el efecto en la economía en general?, y como consecuencia, ¿el impacto en los beneficios corporativos? Todo depende de a qué se destinen los mayores ingresos después impuestos. Los defensores del proyecto de ley consideran que la rebaja fiscal impulsará el empleo, los salarios y la inversión. Sus detractores afirman que se utilizarían para ayudar a los accionistas.