Opinión

Cataluña vuelve a la realidad

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, pronosticó la vuelta a "la estabilidad, la certidumbre y la seguridad jurídica" en Cataluña después de los próximos comicios del 21-D, en su discurso de clausura de la VII edición de La Noche de la Economía, en la que se entregan los premios anuales otorgados por elEconomista. También arremetió con valentía contra "quienes embarcaron y embaucaron a Cataluña en un viaje a ninguna parte, que la está alejando de la senda de la recuperación".

Las manifestaciones de Sáenz de Santamaría se produjeron ante un relevante auditorio que reunió a los ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro, y de Energía y Agenda Digital, Álvaro Nadal; el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo; al presidente del PNV, Andoni Ortuzar, junto a destacados directivos, como los presidentes de Repsol, Antonio Brufau, y Aena, Jaime García Legaz, y los consejeros delegados de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, o de Gas Natural, Rafael Villaseca. La vicepresidenta no improvisó. Habló con conocimiento de causa, ya que estaba acompañada por el titular de Hacienda y el delegado del Gobierno de Cataluña, que con ella son las personas que gobiernan la autonomía en estos momentos.

Las declaraciones de Puigdemont a Le Soir acerca de que "otra solución diferente a la independencia es posible" en la relación con España o las disculpas de Junqueras, en las que reconocía que no estaban preparados para la Declaración Unilateral (DUI), también asumida por el portavoz de su formación, marcan el camino. ¿No podían haberse dado cuenta antes, en vez de meter a todos los catalanes en este lío?

Puigdemont y Junqueras engañaron a su pueblo, al que prometieron cosas que son imposibles de ejecutar. Pero lo más grave, como recalcó Santamaría, es la fractura social y el daño al tejido económico. Ello genera una gran frustración en una buena parte de sus seguidores, que intentan calmar con el reconocimiento de que la independencia no es posible "de momento".

Tanto ERC (el partido favorito en las encuestas) como PDeCat, que concurrirá como Junts per Cataluña, relegarán la DUI en sus programas electorales. La vuelta a la legalidad constitucional es fundamental desde el punto de vista económico, porque frenará la huida de empresas, como ocurre en las últimas semanas, y contribuirá a restaurar la confianza de los inversores.

Conviene no perder de vista que el movimiento separatista es, en el fondo, un golpe burgués, que se les fue de la mano cuando Artur Mas cedió su cargo a Puigdemont y, por ende, a la CUP. Algunos empresarios que le apoyaron, como los Carulla o los Rodés, comienzan a echarse atrás, aunque otros como los dueños de Fluidra, Bonpreu, Ficosa, Esteve ó Grifols siguen en la brecha. Los dos posibles escenarios de Gobierno que se barajan pasan por el liderazgo de ERC y su nueva mandamás, Marta Rovira. Su ascenso, según fuentes bien informadas, obedece a una ruptura interna con Junqueras, que agrupa a los menos radicales y partidarios del diálogo.

Rovira tiene fama de defender con vehemencia el independentismo, al que califica como "la revolución de las sonrisas". Su presión fue clave para que Puigdemont diera marcha atrás en su idea de convocar elecciones y proclamara la DUI. Este viernes protagonizó su primer ataque al Estado español, al que acusó de amenazar con "muertos en las calles".

Sin embargo, la estrategia de ERC al frente de la Generalitat consistirá en reclamar una negociación, bien para un referéndum o para reformar la Constitución en busca del encaje de Cataluña. Pero por los cauces legales. La entrada de Carme Forcadell en el cuarto puesto de las listas de ERC se interpreta como un giro de la formación para acatar la doctrina, que marcó la presidenta del Parlament en el Supremo al renegar de la DUI. El futuro Govern dependerá del resultado de las urnas. Pero los dos escenarios más probables pasan por la reedición del pacto de ERC con Colau en el Ayuntamiento de Barcelona, lo que también obliga a aparcar la independencia para ganarse el apoyo de los comunes. Ambas formaciones tendrán que sumar al PDeCat o al PSC. Naturalmente, los de Puigdemont tienen más posibilidades que los de Iceta. Pero un hundimiento del PDeCat haría inviable su entrada en el 'govern'.

La lucha encarnizada se producirá por captar a los nacionalistas no independentistas o a los miles de frustrados por la DUI, el granero de votos de la antigua CiU de Artur Mas. La batalla definitiva se librará entre Rovira e Iceta en el cinturón industrial de Barcelona, el feudo perdido de los socialistas, que aglutina a la mayoría de la población de Cataluña.

Liures, el partido que pretendía crear Antoni Fernández Teixidó, quedó fuera de juego. Teixidó se reunió con las cúpulas de los dos grandes bancos catalanes, Caixabank y Sabadell, y les presentó avales para lograr financiación por tres millones. La idea era convertir a Lliures en un partido que recogiera el voto de los antiguos convergentes, para lo que ofreció el primer puesto de la lista al exconseller, Santi Vila. Tanto Teixidó como Vila se caracterizan por abandonar su partido cuando se radicalizó, el primero con Mas y el segundo con Puigdemont.

Los dos banqueros buscaron el visto bueno del Gobierno central para otorgar los avales. Hay que recordar que el oportuno cambio de la legislación para trasladar la sede por la vía exprés, introducido por el ministro de Economía, Luis de Guindos, salvó a Caixabank y que ambas entidades están bajo el paraguas de la legislación española y europea.

Rajoy, como es habitual, se puso de canto y, finalmente, rehuyó dar su visto bueno. Hubiera sido un paso incoherente con la política del PP, que podría ser malinterpretado por sus electores. Así se perdió una oportunidad de ganarse a los arrepentidos de apoyar a Puigdemont. Teixidó aseguraba que podía lograr siete u ocho diputados, según sus sondeos internos. Nunca lo sabremos.

Desafortunadamente, la opción de que ganen los constitucionalistas (PP, Ciudadanos y PSC) es pequeña, a no ser que logren movilizar a la gran mayoría de la población. La propia candidata de Cs, Inés Arrimadas, una de las más entusiastas con poner las urnas, tiene pocas esperanzas de crecer en votos de manera significativa, mientras que la división interna del PSC probablemente le impida levantar el vuelo.

Ahora bien, una cosa es que el futuro Ejecutivo catalán aparque la DUI y otra que abandone el activismo y la confrontación. Esto es más improbable, porque necesitará mantener a sus bases movilizadas hasta las elecciones municipales de 2019.

Cualquier posible entendimiento con el Estado se complicará si Rajoy adelanta las elecciones generales. El PNV da largas al Gobierno y ve muy complicado dar su apoyo, porque después de los comicios catalanes se debería abordar la reforma de la Constitución. El escenario más plausible es que se prorrogue el Presupuesto y se convoquen Generales en 2019, para hacerlas coincidir con las autonómicas y municipales.

Por lo demás, la frustrada reforma fiscal en Estados Unidos dio alas al euro, lo que golpeó las bolsas europeas esta semana. Pero se trata de algo pasajero, el buen tono de la economía internacional sigue intacto. Por eso es importante que el futuro Gobierno catalán vuelva a la legalidad y recupere el seny que siempre gobernó la autonomía, como pide Santamaría.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky