
En una reciente reunión con altos ejecutivos de importantes multinacionales, el comentario más unánime fue que nunca se habían tomado decisiones en el mundo empresarial con tanta información disponible y, sin embargo, en un entorno de tanto riesgo y de tanta incertidumbre.
La velocidad del cambio, tanto por la transformación digital como por la manera de relacionarnos, y la nueva manera de hacer negocios basada en nuevas tecnologías disruptivas, es un hecho al que nos enfrentamos, con el que convivimos de forma permanente y que se suma a los riesgos propios de un mundo global e interconectado.
Además, una nueva era de riesgo geopolítico, con la aparición y proliferación de populismos y nacionalismos -tanto en EEUU como en Europa-, amparados en la colosal viralidad de unas redes sociales que se han convertido en la nueva vía de influir y crear opinión, ha cogido por sorpresa a muchos gestores empresariales.
Adaptación a la nueva era
Adaptarse a esta nueva era y a esta nueva vía requerirá un hábil equilibrio de los directivos para habilitar los modelos de negocio y las cadenas de valor a las nuevas oportunidades y, al tiempo, mitigar los riesgos conocidos y los que puedan aparecer.Esta es la opinión de más de 500 consejeros y altos directivos de grandes empresas de más de 55 países que recoge la última edición del informe Global Risk Landscape que BD ha realizado en el primer trimestre de este año.
En concreto, los datos del informe apuntan a que el 72% de los altos directivos afirman que los riesgos continúan apareciendo y evolucionando de forma global y a un ritmo exponencial, y el 87% considera que estos riesgos se han incrementado sustancialmente en el último año. La mayoría de los ejecutivos encuestados identifican y destacan las tecnologías disruptivas, el riesgo reputacional y la ciberdelincuencia entre los retos que con más probabilidad van a incidir de forma determinante en la comunidad empresarial en los próximos 10 años. En menor medida, pero de forma relevante, se señalan los riesgos regulatorios y la exigencia constante de adaptación a los requerimientos de Compliance, en permanente expansión y vigencia. Analizando los resultados desde una perspectiva más positiva, vemos que muchas de las amenazas contemplan también retos y oportunidades, y el éxito de las empresas se basa en una parte esencial en la eficiente gestión de los riesgos.
Considerando que el riesgo es un componente consustancial de la rentabilidad económica y que, por tanto, una correcta valoración de los riesgos debería contribuir a la aportación de valor y al desarrollo sostenible de los negocios. En el estudio de BDO se refleja que la responsabilidad sobre la gestión de riesgos ha llegado a lo más alto de las organizaciones, lo cual es una buena noticia y la base para transmitir las líneas de actuación a toda la organización y la cultura de la gestión de riesgos desde el Tone at the top.
Negocios del futuro
En definitiva, es evidente que la posibilidad de realizar negocios en el futuro se hará en un marco que combinará, por un lado, un entorno geopolítico mucho más polarizado, cambiante y global y, por otro, una rapidez de cambio permanente desconocida en los modelos de negocio, las nuevas tecnologías y los estándares regulatorios. Una auténtica revolución cuyo efecto y consecuencias no es posible evaluar con certeza en estos momentos.
En este sentido, el informe señala que una amplia mayoría de los líderes empresariales consultados no cuentan con la debida preparación para abordar la era digital, ya que el 88% considera que su falta de competencia para innovar y la incapacidad para asumir el cambio tecnológico son los dos principales riesgos que se ciernen sobre sus empresas y para los que cuentan con menor preparación. Aunque, por otra parte, también manifiestan que las nuevas tecnologías disruptivas son una oportunidad para transformar su negocio.
Los consejos de administración y la alta dirección necesitan hacer un notable esfuerzo de adaptación y de atención a la evolución de su empresa para ser capaces de combinar el adecuado control del riesgo y la transformación de su negocio a la nueva era digital en un entorno que se mueve a una velocidad desconocida. Por desgracia, y como muchas decisiones empresariales y de gestión, la solución no está escrita en ningún manual. Es un arte.