E l ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el resto del equipo económico está optimista. Concluyó el ejercicio con un déficit casi tres décimas por debajo de lo previsto (4,3 por ciento, sin incluir las ayudas a la banca) y tiene cerrado un acuerdo para aprobar los Presupuestos que el Consejo de Ministros vio el viernes.
¿De verdad hay motivo para celebraciones? Las cuentas de 2016 lograron lo pactado con Bruselas gracias al adelanto parcial del Impuesto de Sociedades y a que los ayuntamientos tuvieron un superávit de 7.000 millones. Por contra, el déficit del Estado, bajo la batuta directa de Montoro, rebasó en 3.000 millones lo previsto. ¡Pelillos a la mar! El público no está en esos detalles, sólo se queda con los titulares: "Por primera vez, se cumplió el déficit".
Ahora veamos los nuevos Presupuestos, aunque lo de nuevos sea una manera de expresarse, porque en las fechas que sean aprobados en el Congreso ( hacia finales de mayo), Montoro ya casi debe de tener preparado el techo de gasto para el año que viene.
La economía crece a un ritmo próximo al 3 por ciento, pero Montoro y Guindos prefieren ser "prudentes" en su previsión (2,5 por ciento) para luego poder revisarla al alza. Eso explica que la creación de empleo supere el medio millón por cuarto año seguido. ¡Y Pedro Sánchez y Pablo Iglesias empeñados en tumbar la reforma laboral!
El optimismo oficial también se refleja en la recaudación de todo tipo de impuestos (IVA, Sociedades e IRPF), para la que se estima un aumento del 7,9 por ciento (unos 14.000 millones), más del doble que en 2016. ¡El papel lo aguanta todo!
El titular con el que Hacienda quiere que nos quedemos es que "por primera vez no se incluyen ni ajustes de gastos ni alzas de impuestos" ¡Menos mal! A ver, a ver, explíqueme esto señor Montoro. ¿Cómo es que renunciamos a más ajustes del gasto si tenemos que endeudarnos en 3.000 millones para afrontar la extra de Navidad de los pensiones? Muy ortodoxo no es. Las pensiones habría que financiarlas vía presupuesto y no con más crédito.
Montoro metió en vereda a las autonomías en 2016, en que cumplieron por primera vez con sus previsiones de déficit con la ayuda del FLA (unos 7.000 millones de euros), y eso permite dar credibilidad a las previsiones para este año.
El logro del objetivo de déficit por segundo año consecutivo permitiría afianzar la imagen de estabilidad y de confianza de España dentro y fuera de nuestras fronteras. Con la apertura de negociación del Brexit, Rajoy es recibido como uno de los grandes próceres de la Unión Europea. El presidente está encantado en su papel de dirigente de uno de "los grandes países" de Europa.
La proyección internacional es fundamental para que el flujo de la inversión extranjera desemboque en España. Cristina Cifuentes negocia para que Cordish destine 2.200 millones a un futuro centro de ocio madrileño, aunque lo condiciona a un compromiso firme por parte del grupo americano.
Madrid, y en menor medida Barcelona, atraen la atención de los bancos y aseguradoras que buscan deslocalizar parte de su plantilla con el Brexit. Según el presidente de Merlin Properties, Ismael Clemente, la capital de España está en disposición de captar alrededor de 75.000 metros cuadrados en alquileres de oficinas de calidad. La cifra representa el 5 por ciento del parque actual, en torno a 15 millones.
Si Montoro suprimiera la Ley Beckham, que eliminó las ventajas fiscales para los grandes deportistas, la cifra de metros cuadrados podría multiplicarse por dos o por tres.
Fráncfort y París están saturadas de oficinas y cuentan con una fiscalidad menos favorables, por lo que Dublín, Madrid y Amsterdam emergen como destinos apetitosos.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, parece dispuesta a dar luz verde al plan de Castellana Norte, que permitiría crear una especie de Canary Wharf en la capital de España. ¡Demasiado bonito, para ser verdad! Sería una pena que dejáramos pasar una oportunidad como esta.
Pero volvamos al Presupuesto. Lo relevante es que el PP ha sabido domesticar a Ciudadanos. Albert Rivera metió la pata al ordenar la abstención en el Real Decreto de la estiba. Era una pataleta por las palabras de Fernando Martínez Maíllo en las que calificaba de lentejas la resistencia de su partido a cumplir con el pacto con Ciudadanos en dos aspectos esenciales: la Comisión de investigación del PP y la limitación de mandatos de Rajoy.
El jueves, el PP aprobó una investigación política descafeinada sobre su partido en el Senado y que Rajoy tenga limitados los mandatos, aunque podrá quedarse dos legislaturas más. Irrisorio. Después de este paripé, Rivera hizo de tripas corazón y estampó su placet en el proyecto de Presupuestos.
El líder de Ciudadanos presume de convencer a Montoro para que excluyera los ajustes. Entonces, ¿por qué abogó en campaña por reducir el gasto público para garantizar las pensiones y respetar el déficit? Que memoria tan corta tienen los políticos.
Si el triple acuerdo con Ciudadanos, PNV y Nueva Canarias se replica en 2018, Rajoy tendría asegurado el mandato de su legislatura hasta 2019. El artífice de esta hazaña sería en esta ocasión Montoro, que luce una sonrisa de oreja a oreja y hasta reanudó sus comparecencias en actos públicos organizados por los medios de comunicación.
-¿Y en qué ha quedado la colaboración con el PSOE, que hasta ahora parecía imprescindible?
-Eso ya nos da lo mismo, que los parta un rayo, contestan en el PP
-¿Y si gana en las primarias Pedro Sánchez?
- Con su pan se lo coman. A nosotros nos da igual. Si logramos subir los cotizantes a la Seguridad Social a 20 millones y reducir cuatro o cinco puntos más la tasa de desempleo, como prometió Rajoy, tenemos asegurado el éxito en los próximos comicios.
- ¿Y que será, entonces, de Rivera?
-Muchos de sus votantes eran nuestros y volverán al PP si las cosas van bien.
Los números empiezan a sonreír. El Gobierno revisa al alza la creación de empleo y los ingresos por impuestos. En el PP son conscientes que si la economía va bien, será un granero de votos. Rajoy volvería a repetir gracias a su lema del quien aguanta... gana. Y Montoro saldrá por la puerta principal, como las grandes tardes de la Feria de Abril.
Casualmente, un 1 de abril como hoy concluyó la Guerra Civil. La historia es caprichosa. Quizá Montoro acaba de presentar los presupuestos de la victoria después de muchos años de crisis económica y comience a escribir el epitafio de la nueva etapa, que ojalá sea mucho más próspera.