Opinión

El circo electoral se pone en marcha

No fiarse de las apariencias es uno de los consejos proverbiales del refranero. Todos confiamos en que llegaría la calma después de un 2016 incierto en el que, contra todo pronóstico, David Cameron perdió el referéndum sobre la UE mientras que Donald Trump ganó las elecciones americanas o Mariano Rajoy prorrogó su estancia en el Palacio de la Moncloa. Pero no es oro todo lo que reluce.

Trump se ha revelado como una especie de pistolero del Oeste americano con el arma siempre a mano para disparar contra todo lo que perciba como una amenaza. Primero apuntó al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto; luego a la canciller alemana, Angela Merkel, o al presidente chino, Xi Jinping, y, por ultimo, acabó apresuradamente una conversación telefónica con el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, mientras elogia la política del presidente ruso, Vladimir Putin.

El mundo del revés. Los antiguos amigos de los americanos son ahora sus enemigos y al contrario. Hasta el punto de que las salidas de tono del nuevo líder acapararon la atención de la cumbre celebrada este viernes en Malta por la UE, que lo percibe como un "peligro" similar al terrorismo islámico.

Como es imposible acabar con todos a la vez, se sospecha que sus bravuconadas tienen como único fin atemorizar a los gobierno y a sus empresas para que no deslocalicen sus inversiones en Estados Unidos. Entre sus víctimas, están los lobbys sanitario y tecnológico. Este último, afectado por la prohibición de entrada a inmigrantes musulmanes, que conforman una parte significativa del talento de sus plantillas.

Su objetivo es proteger a las industrias tanto petrolera como de defensa, así como frenar la pérdida de mano de obra industrial de medio oeste americano, el principal granero de votos en los últimos comicios.

Sin embargo, sus agresivos tuits contra el euro, el yen japonés o el yuan chino, las tres grandes monedas rivales del dólar, no están logrando su objetivo: devaluar el billete verde significativamente para impulsar las exportaciones y evitar el déficit comercial.

Tampoco la bajada de impuestos que prometió va por buen camino. Probablemente, se retrase hasta el año que viene, lo que pospondrá su efecto económico e inquieta a los mercados. Su discurso corre el riesgo de desmoronarse, debido a la mezcla de baja popularidad y animadversión que despierta en muchos sectores.

En Europa, los datos sobre producción industrial conocidos esta semana son alentadores por primera vez en muchos años. El crecimiento apuntalará la subida de la inflación y de los tipos de interés, y alejará definitivamente el fantasma de la crisis financiera, como hemos visto reflejado esta semana en la presentación de los resultados de los bancos españoles.

Pero el panorama político es estremecedor. La entrada en liza del expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, como cabeza de lista de los socialdemócratas alemanes mejoró su intención de voto hasta igualarla con la de Merkel. La continuidad de la canciller, muy cuestionada por su política con los refugiados, está más en el aire que otras veces.

En Francia, se apaga la estrella de François Fillon, el líder de la derecha con más posibilidades de hacer frente a Marie Le Pen en los próximos comicios. El descubrimiento de ingresos difíciles de explicar de su mujer, su hijo y de él mismo desplomó hasta el 20 por ciento su aceptación popular. En Italia, tampoco está claro el juego de alianzas para gobernar.

La sorpresa puede ser España. Hace unas semanas, la mayoría confiaba en una legislatura larga, ante la necesidad del PSOE de impedir unos comicios anticipados. Ahora, una parte del Gobierno da por hecho que habrá prórroga de los Presupuestos ante la dificultad de los socialistas para abstenerse. Podrían recabar el apoyo del PNV, además de Ciudadanos, pero por lo avanzado de las fechas (en junio hay que presentar el techo de gasto para 2018) y el alto precio a pagar, apenas merece la pena.

Todo queda en manos del nuevo secretario general de los socialistas que salga de las primarias. Susana Díaz espera a conocer el censo de los militantes del PSC catalán para presentar su candidatura. Si estos son más numerosos de lo esperado, pasará el testigo a otro barón. Se especula con el nombre del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ante la negativa del actual presidente de la gestora, Javier Fernández. El escrutinio será muy reñido, sobre todo en caso de una fusión entre las candidaturas de Patxi López y Pedro Sánchez. Si el candidato del "No es no" vuelve a instalarse en Ferraz, Rajoy no tendrá más remedio que acudir de nuevo a las urnas.

Las primarias socialistas se celebrarán en vísperas del referéndum inconstitucional, que prepara Puigdemont para antes del verano. Cada vez hay más evidencias de que la huida hacia adelante de Artur Mas, en apoyo del independentismo, pretendía tapar sus responsabilidades en el cobro de comisiones del 3 por ciento en obras pública.

Mas intentará este lunes camuflar sus errores bajo una manifestación de apoyo de la ANC, que le acompañará en el paseíllo desde la Generalitar hasta los juzgados para declarar por el 9-N. El ex presidente colocó a su amigo Sixte Cambra al frente del Puerto de Barcelona, ahora bajo sospecha de colaborar en la financiación de CDC con los casi 300 millones gastados en obras de reforma.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría tendrá que recurrir a métodos contundentes para disuadir a Puigdemont y Mas de la celebración del referéndum. Un enfrentamiento así aglutinará el apoyo del resto de España con Rajoy. El conflicto está garantizado y el circo electoral, tanto aquí como en el resto de Europa, en marcha.

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