
El nuevo escándalo mediático tiene que ver con la investigación judicial por blanqueo de dinero de una importante senadora del PP. Un caso más a sumar a otros muchos que vienen llenando páginas de periódicos y telediarios. Parecido al primitivo caso Soria, que vinculaba al ex ministro con los famosos papeles de Panamá. Asunto del que ya nadie habla y que quedó en nada. El nuevo escándalo se abre ahora, sin embargo, en forma de un delito de blanqueo de capitales.
Lo que muy gráficamente se denomina en inglés como money laundering. Una noticia que, quizás por su transcendencia, se encuentra en la versión en inglés de El País.De acuerdo con Interpol, la mayor organización policial internacional del mundo, el blanqueo de dinero se refiere a cualquier intento de ocultar o disimular la identidad de los ingresos obtenidos ilegalmente haciéndolos parecer como provenientes de fuentes legítimas.
Según esta organización, tales fondos se lavan mediante empresas fantasmas, con lo que los fondos ilegales se mantienen ocultos y se introducen en el circuito legal con procedimientos supuestamente legales. Interpol trabaja combatiendo este tipo de prácticas con sofisticadas técnicas informáticas y el apoyo de unidades policiales de los países miembros. Todo ello se realiza mediante procedimientos de investigación dirigidos hacia grupos delictivos organizados que operan internacionalmente. Los casos tradicionales de blanqueo tienen que ver con el crimen organizado, las drogas, el tráfico de armas o la financiación del terrorismo.
En Europa, por ejemplo, existen dos directivas de 2015 promovidas por la Autoridad Bancaria Europea, que buscan asegurar la integridad, transparencia, y el funcionamiento ordenado de los mercados, para reforzar la cooperación de supervisión y asegurar que las autoridades competentes y las instituciones financieras mantengan una legislación consistente, especialmente, en relación con la financiación de actividades terroristas. En este sentido, las entidades bancarias disponen de software especializados para identificar a los posibles clientes que pudieran realizar tales prácticas, con sofisticados procedimientos automáticos que son capaces de detectar movimientos bancarios de blanqueo.
Todas las grandes compañías de servicios informáticos tienen soluciones para tratar estos casos.Desde 2012, el Instituto de Basilea viene publicando el ranking sobre blanqueo de capitales y financiación del terrorismo, donde se analizan 149 países de acuerdo al riesgo que tienen ante este tipo de prácticas. En la última edición de 2016, en los extremos están Irán como el lugar de mayor riesgo, y Finlandia en el 149, como el de riesgo menor. España ocupa el lugar 109.
Estados Unidos se sitúa en el lugar 97; y Rusia está en el 58. Cuanto menor es la posición en el ranking, existe una mayor probabilidad de blanqueo.El volumen económico global del blanqueo de capitales, de acuerdo con un estudio elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas para el Crimen y las Drogas, alcanzó en 2009 el 2,7% del PIB mundial, algo así como 1,6 billones de dólares: alrededor de un 60% más que el PIB español.
El caso Barberá es un supuesto caso de blanqueo de capitales que nada tiene que ver con lo referido hasta aquí. Es un caso indudablemente singular. Al parecer, según lo referido por la prensa, se trata de donaciones de 1.000 euros que personas cercanas al PP de Valencia entregaban al partido para financiar, se supone, las campañas electorales. El blanqueo se producía al devolver esa cantidad mediante dos billetes de 500 euros que eran, supuestamente, de procedencia ilícita.
Se trata, por otra parte, de una pieza legal separada del caso Taula, iniciado por denuncia interpuesta en 2014 por la diputada de Esquerra Unida, Rosa Pérez Garijo. Un procedimiento judicial que ya lleva 18 tomos que suman 30.000 folios. La cifra del supuesto blanqueo no es conocida, aunque algunas fuentes hablan de 200.000 euros, lo que no casa con los supuestos 50 donantes.El caso, como tantos otros, ya está juzgado en la calle. La todavía senadora, supuesta responsable de haber organizado la trama delictiva de blanqueo, ha sido ya condenada.
Una pieza política más a contar en altos responsables políticos del PP que van cayendo poco a poco hasta que, por fin, se consiga la pieza mayor, que llegará tarde o temprano según se van moviendo los acontecimientos. Una manera de judicializar la vida política en la que los ciudadanos de a pie observan las luchas intestinas en las que están inmersos unos contra otros: los del mismo signo tratando de acabar con sus colegas, y los contrarios luchando por conseguir desalojar del poder a los que están pase lo que pase y de la forma que sea.
Mientras tanto, la mayoría del público asiste atónito al deterioro de la vida pública, mientras otros aplauden que siga el festejo. Una suerte de programa basura de televisión que no es sino la constatación de la profunda crisis política, social y económica actual, que acabaremos pagando todos viendo cómo se empobrece el país.