
Con buena cara llegaron al Foro Económico de Davos la delegación española y, especialmente, el ministro Luis de Guindos, sin saber la bronca que les esperaba proveniente de los empresarios y políticos de otros países allí presentes. Fuentes conocedoras de las reuniones a puerta cerrada, aseguran que en ellas se sucedieron los reproches por no haber explicado bien a la población "el futuro que les aguarda si Podemos llega a gobernar".
Los interlocutores de nuestros representantes aseguraron estar "decepcionados" porque se les aseguró que el partido populista era un fenómeno residual; ahora, por el contrario "no saben a qué atenerse en relación a España" y temen que se "paralicen importantes inversiones". Hay quien comenta que varios miembros de la delegación española en Davos salieron enmudecidos tras una de estas reuniones.