Opinión

Cita china en Singapur

  • Pekín parece interesada en tener una relación más fluida y coordinada con Taiwán

E n un escenario neutral, Singapur, se celebra hoy el primer encuentro entre los mandatarios de China y Taiwán. La cita entre el jefe del Estado chino, Xi Jinping, y el taiwanés Ma Ying-jeou, es de alto contenido histórico. No es para menos al ser la primera reunión a nivel presidencial desde que en 1949 los nacionalistas del Kuomintang liderados por Chiang Kai-Chek se refugiaron en Taiwán tras ser derrotados por los comunistas de Mao Tse-tung en la guerra civil china. Tanto en Pekín, en la Oficina de Asuntos de Taiwán, como en Taipei, en el Consejo de Asuntos Chinos, se subraya la importancia del encuentro para ?reforzar el desarrollo sistemático de los lazos y enviar un mensaje positivo de paz a la comunidad internacional?.

China, a la espera de la reunificación, sigue considerando que Taiwán es parte integral de su territorio y no reconoce su independencia. Ma ha explicado que hablará con Xi sobre la marginación que sufre la isla debido al principio de ?una sola China? que impone Pekín en sus relaciones diplomáticas. En la actualidad solo 22 países reconocen a Taiwán, que tampoco tiene representación en la ONU ni en las principales organizaciones internacionales. Durante mucho tiempo esto ha venido ocasionando grandes problemas a Taipei. A pesar de su caracter privado, y no estar previstos acuerdos ni declaraciones conjuntas, la reunión supone un verdadero hito para la relación bilateral.

La razón: Pekín ha ofrecido conversaciones ?igualitarias? al presidente del Kuomintang. En un intento por impulsar la relación bilateral los presidentes intercambiarán puntos de vista. El encuentro genera desconfianza en gran parte de la población taiwanesa. Han aparecido carteles y eslóganes antichinos acusando a Ma de ?vender? la soberanía. Se critica su electoralismo por la cercanía de los comicios taiwaneses el 16 de enero. El presidente niega que la reunión con su homólogo chino responda a intereses electorales. Asegura que su objetivo es ?estabilizar? las relaciones. Pero lo cierto es que el mero anuncio de la misma ha convulsionado los preparativos para los comicios. El Partido Nacionalista de Taiwán (conocido como Kuomintang, KMT) gobierna de manera casi ininterrumpida desde 1949. Desde el opositor Partido Demócrata Progresista (PDP), que atrae sobre todo a partidarios de la independencia y es claro favorito en las encuestas, se ha denunciado como un movimiento a la desesperada del KMT. Los partidos opositores y en especial el PDP ven en estas discusiones bilaterales un intento de Pekín de influir en esa votación en apoyo del KMT. Además, Pekín desearía tener una cooperación más coordinada con Taiwán en cuestiones que afectan a los territorios en la región. De momento, EEUU que sigue presente en las disputadas aguas del Mar de China Meridional muestra una prudente cautela ante el encuentro.

Con una línea más dura hacia Pekín, un probable próximo gobierno del PDP podría incrementar nuevamente las tensiones. Su líder, Tsai Ing-wen, con muchas posibilidades de ser la primera mujer que presida Taiwán, aunque partidaria de unas relaciones fluidas entre ambas partes, ha acusado a Ma de ?falta de transparencia? y de ?jugar con la soberanía e independencia de la isla?. Cabe preguntarse el por qué de este recelo de población y oposición. Desde 2010, cuando se firmó un acuerdo marco de cooperación económica, el KMT intenta mejorar las relaciones con Pekín. A comienzos del año pasado se inició un diálogo que ha permitido la firma de numerosos acuerdos económicos y comerciales. Y, en general, las relaciones a ambas orillas del estrecho de Formosa han mejorado durante el Gobierno del Kuomintang. No obstante, Ma ha salido enormemente debilitado de su política de acercamiento a China (su índice de aceptación es inferior al 20 por cien). El problema está mayormente en las protestas multitudinarias del año pasado en Hong Kong por el fracasado proyecto de Pekín para la reforma electoral, que no permitía la libre presentación de candidatos. En cualquier caso, China espera que la fórmula de Hong Kong ?un país, dos sistemas? destinado a garantizar al territorio un alto grado de autonomía, sirva como solución para Taipei. Sin embargo, el sentimiento en contra de Pekín sobre todo entre los sectores más jóvenes sigue aumentando. La controvertida cita aporta dos elementos que superan dudas y reservas. A nivel interno servirá para que los candidatos taiwaneses definan su postura respecto a Pekín. Y externo, contribuirá a continuar garantizando la paz en una zona muy convulsa manteniendo el statu quo en el estrecho.

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