Opinión

Empleo y necesidad de reformas

  • Asistimos a una generación precaria: empleo temporal y bajos salarios

Como es cita obligada en esta primera semana hemos conocido las cifras de empleo, concretamente las del paro registrado en el mes de julio. Conviene destacar que el mes de julio no suele ser un mes demasiado benévolo para esta variable; aun así el dato ha sido francamente bueno con una caída de 74.028 personas menos. Con todo no debe olvidarse que la cifra de parados asciende a 4.046 millones de personas, un dato que debe tenerse presente antes de lanzar las campanas al vuelo.

Además de esta cifra hay que destacar también la evolución de la Seguridad Social, donde la afiliación ha crecido en 58.792 personas. Sin duda otro dato positivo que le viene muy bien a nuestra maltrecha Seguridad Social que tan necesitada está de afiliados. Ya sé que según los responsables políticos, las pensiones tienen un futuro garantizado y esperanzador, aunque la pirámide de la población activa, el uso de las huchas de forma constante, el aumento de las pensiones, el envejecimiento de la población, la tasa de fecundidad por mujer fértil y otros datos sean obtusos e indiquen que pueden estar garantizadas, pero el problema es a qué nivel. Algo que desde luego deben saber, pues en los Presupuestos está recogida la posibilidad de empezar ya a financiar pensiones con impuestos.

Pero dejemos el tema de las pensiones y centrémonos en los datos de desempleo. El aumento del empleo no es ya un dato aislado, sino que viene marcando una senda. En este sentido ya vimos anteriormente la Encuesta de la Población Activa (EPA) y los buenos datos cosechados en el último año. Evidentemente el crecimiento de la actividad económica está detrás de este descenso, pero no debemos olvidar la reforma del mercado laboral realizada en la actual legislatura. Esa reforma parcial ha permitido crear trabajo con ritmos de actividad muy bajos. Ahora que crecemos a tasas muy altas vemos cómo los datos de rebaja de desempleo descienden de forma fuerte. Muchos fueron los que criticaron la reforma y puede, en cierta forma, que haya contribuido al aumento del desempleo, aun cuando existen estudios que parecen indicar lo contrario. Sin embargo, sin la reforma, el desempleo también habría aumentado y de no haberla llevado a cabo, hoy no se verían los incrementos de empleo a los que estamos asistiendo. La reforma laboral ha sido necesaria; puede que haya llegado en el peor momento, pero era totalmente necesaria.

Pero la alegría dura lo que conlleva el análisis del número de parados y su evolución; cuestión diferente es la estructura de ese empleo creado. Cierto es que julio es un mes que genera empleo de forma muy estacional y principalmente con carácter de campañas comerciales y de hostelería, pero no es menos cierto que mes a mes asistimos a una generación de trabajo con dos características: temporal y de bajo nivel salarial. Si prefieren, es lo que muchos denominan precariedad. Además vemos cómo el número de nuestros jóvenes desocupados sigue estando prácticamente a la cabeza de Europa. Es cierto que España crea empleo, pero es precario, y ello hace que la salida de la crisis se retrase aún más. Por ello se necesitan más reformas que la realizada.

En la actualidad existe una dicotomía entre contrato indefinido y temporal, la denominada y famosa bipolarización. Esta característica es consecuencia de no llevar a cabo una reforma que instaure un único contrato. Una vez más soy de los que opinan que es necesario tener un contrato de trabajo único, donde las indemnizaciones en caso de despido vayan aumentando de forma paulatina, y donde además sea algo más baja que la actual. A nadie creo descubrir que en este país haya personas que una misma empresa les hace un contrato de trabajo por día, incluso con horas variables. Eso genera no solo precariedad, sino desesperación a la persona que sufre este tipo de contratación. Se debería acometer una severa reducción del número de contratos, prácticamente a un contrato único, a uno de obra y a un último de formación, dejando los trabajos temporales para ser realizados por las empresas de trabajo temporal. Con el actual sistema se prima la contratación temporal y parcial, con la siguiente precarización.

Además de la anterior reforma y pensando en nuestros jóvenes, sería también importante el tema de la educación, un tema muy curioso. El número de abandono escolar en España está entre los de mayor magnitud en el ámbito europeo. La formación profesional desempeña hoy un triste papel en el periplo educativo y sin embargo sería de vital importancia su potenciación, naturalmente, dirigida y enfocada a la consecución de un trabajo. Nuevamente en este sentido urge reclamar el desarrollo de la formación dual, aquella donde el joven va recibiendo los conocimientos teóricos, pero desde el primer momento está realizando ya un trabajo, con poco salario, pero trabajando.

No debemos olvidar tampoco las necesidades de los parados de larga duración. En este sentido el INEM no debe ser una oficina de registro de parados y lugar donde sellar la cartilla o papel de desempleado. El Instituto debe imbricarse en la consecución de puestos de trabajo, debe realizar planes formativos a los parados de larga duración orientados a la consecución de un empleo y para ello no debe dudar en demandar la colaboración de empresas privadas especialistas en estas lides.

Sí, en España se ha realizado una reforma del mercado laboral que hoy nos permite generar empleo, pero está necesitada de continuar para mejorar la estructura del empleo generado.

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