
Parece que el fracaso económico de los parques Warner, Terra Mítica e Isla Mágica en Sevilla -todos ellos contaron con dinero público, cerca de mil millones de euros- supone un incentivo para que otros lo sigan intentando, en vez de ser un recordatorio de que ganar dinero en este sector es muy complicado.
De hecho, el único parque español de gran tamaño que es rentable es Port Aventura, que reúne los requisitos de población cercana, turistas en inversión continua que le permite competir en la primera división europea de este sector. También son rentables Loro Park y Siam Park en Tenerife y algunos pequeños en la Costa del Sol.
El primer parque europeo es Disneyland Paris, con 10,5 millones de visitantes en 2014, que, sumados a los 4,5 de Walt Disney Studios, nos da un total de 15 millones de visitantes. Pues bien, los parques europeos de Disney nunca han sido y nunca serán rentables debido al elevado coste de las amortizaciones y a las enormes inversiones anuales necesarias para mantener el elevado el número de visitantes.
La decisión de construir el Parque en Francia y no en los terrenos en los que posteriormente se instaló Port Aventura se tomó en función de los resultados de las isócronas de población (círculos alrededor de un punto determinado) y de renta per cápita, muy superiores a las de Salou, además de las inversiones garantizadas por el Gobierno francés, especialmente el tren REUR.
El segundo por número de visitas Europa Park, con cinco millones, está situado en Rust, en el Land alemán de Baden-Wurtenberg, cerca de la frontera francesa y en una zona de elevada población y renta per cápita. Port Aventura consigue colocarse sólo en sexto lugar, con 3,4 millones.
La zona de Vilaseca-Salou está cercana a Barcelona, Zaragoza y dentro de la Costa Dorada. Port Aventura cuenta además con un centro acuático, tres campos de golf, un gran centro de convenciones y cuatro hoteles que totalizan casi un millón de pernoctaciones anuales. Aun con todas estas ventajas, ninguno de sus anteriores propietarios ha considerado que se trate de una inversión interesante y la propiedad ha pasado por diferentes manos.
Time Warner malvive en Madrid después de ampliaciones de capital y cierre de alguna inversiones, como el ferrocarril de cercanías que había costado 90 millones. Terra Mítica se ha tragado cerca de 500 millones de fondos públicos y ha cambiado de gestor casi cada año. Lo mismo vale para Isla Mágica, aunque con menor inversión.
Ahora se hace un nuevo intento en Murcia, en concreto en Alhama, donde el empresario inmobiliario Jesús Samper promueve desde 2010 un nuevo parque bajo licencia de Paramount, que debería de haber quedado escaldada tras su paso por Terra Mítica, que ni invierte ni gestiona -ni en Murcia ni en ninguna parte- que empezó costando mil millones y se ha quedado de momento en doscientos millones. El iluminado consejero de Cultura Pedro Alberto Cruz señaló que se construirían 15.000 camas, se crearían 20.000 puestos de trabajo y se captarían tres millones de nuevos turistas extranjeros, supongo que a través del aeropuerto de Corvera, terminado en 2012 con un coste de 200 millones de euros y todavía cerrado.
Premursa, la empresa promotora es propiedad al 99% al Jesús Samper, siendo propiedad pública el resto. Sin embargo se ha anunciado que habrá subvenciones por importe de 16,4 millones, además de las imprescindibles inversiones en infraestructuras necesarias para que el parque pueda funcionar- no para que sea viable económicamente que no lo va a ser.
Murcia no tiene población local suficiente, ni ésta tiene una renta elevada, ni el turismo basta para garantizar un flujo necesario de visitantes.
Si construyen un parque pequeño, para reducir los riesgos, carecerá del atractivo suficiente y en consecuencia los ingresos por taquilla, restauración y comercio no bastaran para poder aportar cada año o cada dos años nuevas atracciones. Si es demasiado grande, los costes financieros impedirán un adecuado mantenimiento. Solo los parques que son destinos turísticos pueden rentabilizar los hoteles. Un parque con una inversión de 200 millones de euros no puede ser un destino turístico en sí mismo.
Si el riesgo lo corren inversores privados ,allá ellos. Yo personalmente estoy seguro de que Jesús Samper no va a conseguir esa financiación, a no ser que sea avalada por el Gobierno regional. Pero si los políticos juegan, otra vez más, con el dinero de nuestros impuestos el asunto nos concierne a todos.