Se ha dicho hasta la saciedad que la banca es procíclica y se puede constatar en los resultados trimestrales que acaban de publicarse. La banca mejora sustancialmente sus beneficios en consonancia con la evolución de la actividad económica. Hasta aquí todo previsible. Sin embargo, cada entidad tiene sus peculiaridades que condicionan sus márgenes, aunque en general los factores clave han sido las menores dotaciones para insolvencias, una mayor actividad crediticia y un menor coste de los recursos. Si a todo ello unimos la bajada de los gastos generales, nos da como resultado una banca más competitiva.
Hay que distinguir la capacidad de resistir la crisis que han tenido los dos grandes bancos internacionales, Santander y BBVA, por su diversificación internacional, una forma de interpretar la banca que se ha revelado tan acertada que el resto de los grandes grupos españoles procuran emular. Claro exponente de esta tendencia son los movimientos de Banco Sabadell y CaixaBank, que más tarde o más temprano serán replicados por todo el que pueda.
La concentración del negocio bancario reparte el 70% del mercado de crédito entre las seis mayores entidades y supone que la banca en España actúa como un auténtico cártel. Así, la obtención de beneficios es mucho más sencilla y la fijación de comisiones y diferenciales de intereses menos comprometida para los márgenes. Los clientes, desgraciadamente, soportarán costes crecientes por la limitada competencia bancaria y tan solo un reducido grupo de ellos tendrán acceso a condiciones privilegiadas. Las pequeñas y medianas empresas seguirán sufriendo un crédito caro y unos costes bancarios excesivos, pues su debilidad financiera y dependencia de la financiación bancaria las hace muy vulnerables a sufrir las consecuencias del oligopolio. De hecho, este segmento de clientes impulsarán los beneficios de la banca en el futuro por ser el que más rentabilidad ofrece en momentos de expansión crediticia.
Tanto en margen financiero como en margen bruto las entidades, en general, han crecido. Es sabido que los márgenes aumentan ante los descensos del precio del dinero y estando el dinero ahora más barato que nunca el coste del pasivo se ha minimizado, mientras que los precios del crédito descienden de forma más moderada. Es el caso del Popular, que si no estuviera lastrado aún por una alta morosidad tendría unos brillantes resultados, ensombrecidos por las altas provisiones que aún se ve obligado a realizar.
El principal banco en España es BBVA, sin embargo, tan sólo representa un 16% de su beneficio, que quiere hacer crecer en los próximos años. También Santander está volviendo sus ojos a España ante el cambio de ciclo, después de tener el mercado abandonado y en constante reducción desde el comienzo de la crisis. Es obvio que el ciclo bajista en Latinoamérica y más concretamente en Brasil hace que mire hacia mercados más maduros y de todos el que más potencial de crecimiento tiene es España. Aún así, para el gigante rojo nuestro mercado es el tercero en volumen de beneficios, en el que ha doblado resultados gracias a las menores provisiones, pero que sólo representa un 15% del total.
Sabadell aún ha tenido que realizar muy fuertes provisiones, lo que no le ha impedido doblar el beneficio frente al mismo trimestre del pasado año. Sin ese lastre, el resultado sería sorprendente por el incremente del margen financiero y el buen margen bruto, que le permite enjugar cuantiosas pérdidas del activo sin grandes problemas. La morosidad ha descendido y aunque crece el crédito nuevo, el crédito total ha descendido producto del esfuerzo por terminar de limpiar su balance.
Otro de los grandes que ha doblado el beneficio es CaixaBank, que ya está sacando partido a la incorporación del negocio minorista de Barclays sin que haya realizado aún los planes de reducción del gasto que lleva aparejados, razón por la que su efecto se potenciará aún más en su cuenta de resultados en el futuro.
Los resultados menos brillantes, si nos atenemos a lo esperado por el mercado y a su comparación con el primer trimestre del año pasado, corresponden a Bankia. El beneficio ha crecido sólo un 12,8%, que comparado con el 30% aproximado de promedio en el sector resulta algo decepcionante. Sin embargo, la morosidad está más controlada y la cobertura es amplia, lo que unido a su dinamismo en el negocio minorista, en el que debe centrarse por imperativo del MoU, hacen tener esperanzas de mejora sustancial en el próximo futuro.
Cuando los bancos hacen de bancos y no de inmobiliarias pueden obtener grandes beneficios. Esperemos que de una vez hayan aprendido los fundamentos de un negocio que en la diversificación del riesgo, el control de costes y la prudente administración tiene sus fundamentos. La banca así interpretada es siempre ganadora.